Wednesday, April 28, 2010

Un viaje a Nicaragua: Marzo 2010

Un viaje a Nicaragua: Marzo, 2010

Cuando describe su famoso viaje por Iberoamérica, Ernesto Che Guevara escribió que “el hombre, medida de todas las cosas, habla aquí por mi boca y relata en mi lengua lo que mis ojos vieron” (Guevara 25). Siento que es mi trabajo, mi responsabilidad, compartir mis historias de viaje por el placer de escribir, justo como el Che había hecho, para que otros puedan leer mis cuentas y aprender acerca de cómo he cambiado como un individuo, en muchos sentidos. Mi primer viaje internacional me hizo volar a través del Océano Atlántico para perseguir a un chico inglés del que estuve enamorada a la edad de diecinueve años. Mi estancia en Londres por tres semanas no fue lo que había esperado; no fui lo que había esperado. Por el temor a un mundo desconocido con frecuencia me encontraba recluida en su casa, no dispuesta a salir y explorar la cultura inglesa. Volví a América, sabiendo que mi cautela me excedió, el cuidado me mató y la aventura me faltó. Mi segundo viaje a Europa resultó mucho más exitoso. Más aventurera que la última vez, yo había decidido seguir mi sueño de vivir en un país hispano por tres meses para mejorar mi fluidez. Escogí viajar a España el verano pasado por esa razón, y por el hecho que España y Estados Unidos comparten un estilo de vida semejante. No estaba mentalmente lista para vivir en un país sin las comodidades del primer mundo. Sobreviví mi prueba de tres meses, y marché con una sed insaciable de descubrir nuevas culturas y países. Mi cosmovisión se había expandido mucho, y me encontré bastante segura con mis capacidades de hablar y escribir en español. Gracias a los deberes en mi universidad, se me dio la oportunidad de completar un viaje al corazón de Iberoamérica. Junto con trece compañeros de clase, marchamos a Nicaragua, donde permanecimos durante una semana, aprendiendo de la cultura, acerca de los pueblos y tradiciones como ascender volcanes. Yo también descubrí un nuevo lado de mi misma durante esta aventura, que describiré más adelante. Las notas siguientes son entradas del diario de este viaje a Nicaragua, con las esperanzas para explicar no sólo lo que nuestro grupo hizo, sino cómo estas experiencias me afectaron psicológicamente y las lecciones generales que aprendí a través de estos viajes.

Viernes, 5 de marzo de 2010

Éste es el diario de mis aventuras internacionales. Y por eso, mi meta es escribir todo, o la mayoría, en español. No solo quiero describir nuestras experiencias o cosas que hicimos, quiero plasmar como las diferentes situaciones me han influido y cambiado mi manera de afrontar la vida. Quiero experimentar todo lo que Nicaragua puede ofrecer.
Hoy salí por el país de Nicaragua. Estaba muy nerviosa pero emocionada al mismo tiempo. Había oído que la sociedad de Nicaragua es un poquito pobre, y eso será un desafío grande para mí porque nunca he visitado un país pobre. No estoy acostumbrada a este tipo de vida; soy una turista estadounidense, con los pensamientos “europeos”, como los personajes del cuento “La Siberia”, escrito por Cristina Siscar. Habrá muchísimas diferencias entre los Estados Unidos y Nicaragua, estoy segura.
Nuestro vuelo no tuvo incidencias, todo marchó bien. Llegamos a las once de la noche, muy tarde, y estábamos cansados. Recuerdo bajarme del avión de noche y sentirme incomoda a causa del sofocante calor. Vestíamos pantalón vaquero. Al esperar en la cola de inspección para entrar el país, dos hombres de seguridad escogieron a Shari y Rochelle y comenzaron a hablar con ellos. Realmente hablaron tan solo con Rochelle e ignoraron completamente a Shari, la sentaron en una silla, como si no pudiera hablar ni pensar por si misma. Shari esperó sentada a que los guardias la atendieran. Esta fue una de nuestras primeras experiencias con las diferencias entre las normas sociales de Nicaragua y las de mi país. En los Estados Unidos, siento que nuestra cultura es más abierta y dada a ayudar al menos agraciado. Fue duro para mí ver como personas invalidas en Nicaragua sufren la falta de accesibilidad de caminos y pistas forestales. Este choque cultural tuvo un impacto inmenso en Shari, así como en nuestro grupo, y nos ayudó a apreciar los bienes que tenemos en casa.
Después de recoger nuestro equipaje y salir del aeropuerto en una camioneta hacia la capital de Managua, paramos de conseguir gasolina. Este momento fue mi primera toma de contacto, cuando dos culturas entran contacto una con la otra. Cuando llegamos a la gasolinera, había un niño pequeño que estaba muy cerca de las ventanas para vender cosas, como relojes. Puso sus artículos directamente sobre el vehículo, tratando de convencernos para comprarlos. Eran las once y media de la noche, y aquí estaba él veniendo. Me sentía confusa, angustiada, y culpable, todo al mismo tiempo. ¿Por qué no estaba este niño durmiendo en su casa? Entonces me di cuenta de que él probablemente no tenía una casa y mucho menos una cama para dormir hasta tarde. Este fue mi primer contacto con la población pobre de Nicaragua. Me rompió el corazón. Me sentía tan culpable por no haberle ayudado, por no haberle dado dinero para agua y alimentos. Cuando nuestro conductor Francisco regresó al autobús, ahuyentó al niño y nos obligó a cerrar las ventanas. Me sentía terrible, pero es lo normal aquí. Más tarde aprendí que los padres envían a los niños a las calles para vender cosas a los turistas en los semáforos. Qué triste. El tema de la pobreza tendría mucha influencia en mí a lo largo del viaje.
Después de llegar al hotel, teníamos mucha hambre, así que fuimos a un restaurante cubano cerca del Puerto Salvador Allende de Managua. ¡Qué rico! Qué diferente. Nunca olvidaré el corte delgado de la carne con la sal y el sabor de la planta de yuca. Estaba cerca del puerto y me sorprendió que hiciese un poco de frío. Cenamos con nuestro guía – Ernesto- su esposa y sus dos hijas, preciosas ellas, Leslie y Ishkra. A ellas les encantó hablar con nosotros y les sorprendió que no nos sintiésemos intimidados al hablar con ellas. La cena fue deliciosa, pero estábamos cansados y marchamos al Hotel Mansión Teodolinda para descansar.

Sábado, 6 de marzo de 2010

El día de hoy desayunamos a las ocho de la mañana porque asistimos a una clase de fotografía en el Instituto de Estudios Fotográficos de Nicaragua. La clase se impartió en la casa de Enrique y nos enseñó acerca de las técnicas de sacar las fotos. La teoría de la fotografía es interesante para mí porque en Grand Valley estoy asistiendo a una clase de percepción– de psicología. Ahora aprecio como a través de los ojos de pueden percibir los ambientes del mundo. A mi novio John le gustó la clase pero fue difícil para él porque no entiende la lengua. Todo está en español. Está tratando aprender más cada día. La clase fue interesante y aprendí mucho. Voy a sacar fotos más bonitas ahora.
Después de la clase, fuimos a un restaurante para reunirnos con una famosa poeta, Claribela Alegría. ¡Ella es muy interesante! Tiene muchos años, pero su espíritu y vitalidad son fenomenales. A ella le encanta cada día de la vida. Habló sobre los poemas, y su experiencia durante la dictadura nicaragüense en los años cincuenta y sesenta. Es vibrante y llena de vida. Este es uno de sus poemas que me encanta, se llama “Estás vivo”: Estás vivo en mi pecho / y solo yo te siento. / Eres el alquimista / que transforma en poesía / nuestro llanto (Alegría 27). Muchas de sus poesías ganaron en inspiración por causa de la muerte de su esposo. El libro de Claribela Alegría, Saudade, es una colección de esas poemas. El acto de escribir le ayuda hacer frente a su gran pérdida. Fue maravilloso poder sentarse con Claribela y discutir su biografía, así como compartir nuestras experiencias. Siento que he aprendido a disfrutar de los secretos de la vida gracias a esta mujer frágil pero vibrante. Ella me ha ayudado a disfrutar de cada momento de mi vida, incluso del amor que comparto con otros.
Después del almuerzo con Claribela, regresamos al hotel para descansar. Todos fueron a bañarse la piscina, pero John y yo dormimos por al menos cuatro horas bajo el aire acondicionado. Me sentía separada de las otras chicas; necesitaba unirme y ser un miembro más del grupo. Me sentía mal por John, pero la situación cambiaría a mejor con el tiempo. Por la noche, cenamos en un café pequeño que estaba escondido detrás de una verja con muchas flores – como un jardín secreto. Era muy bonito y tenía un patio para comer. Dentro exponían piezas de arte muy interesantes y tradicionales. Me habría gustado comprar una pero costaba veinte dólares y pesaba mucho, no podía llevármela de vuelta a casa.
El dinero nicaragüense, los córdobas, es muy extraño y no estoy acostumbrada al cambio de moneda. Veinte córdobas equivale a un dólar estadounidense. A veces es difícil pensar en córdobas. Fuimos al supermercado después de la cena, (el primero “recuerdo” de mi patria) y necesitábamos convertir todos los precios porque obviamente no estaban de dólares. Por ejemplo, un cepillo cuesta treinta córdobas, o un dólar y cincuenta centavos. Un litro de gasolina cuesta veinte córdobas, o un dólar. No es muy barato. En el súper compré zumo de naranja y muchas botellas de agua. Ansié por un poco de agua fría, con hielo, en un vaso muy grande con pequeñas gotas de transpiración en el exterior. No contábamos con una nevera en la habitación, y por eso, no teníamos agua fría. Cuando regresemos a Michigan, voy a tomar cinco vasos del agua más fría que encuentre, pensé. Soñaba con agua fría. Aquí hay batallas y discusiones en torno a el agua limpia que la gente no recibe, y yo sólo quería agua fría . . .

Domingo, 7 de marzo de 2010

El día de hoy me levanté con un fuerte dolor de estómago. No sé porque. ¡Marché con el grupo a visitar el volcán de la Reserva Natural del Volcán de Masaya! ¡Qué emocionante! “Es el primer y hasta la fecha el más grande parque nacional de este país. El complejo volcánico está compuesto de un nido de calderas y cráteres, siendo Las Sierras el más grande de ellos. Dentro de este último yace el volcán Masaya propiamente dicho. Este alberga la caldera Masaya, formada hace unos 2500 años por una erupción basáltica (http://es.wikipedia.org/wiki/Volcan_Masaya). También, dentro del parque hay un museo pequeño para aprender sobre los volcanes, animales, vegetación, y la fauna del área. Condujimos el autobús a la cumbre del volcán, y subimos las escaleras a la cima del Volcán Masaya. Durante el viaje, el volcán emitió gases de azufre y fue difícil el respirar. ¡Pero, la vista mereció la pena y ahora puedo decir que he subido a un volcán!
Después de las aventuras del volcán, condujimos a una ciudad cerca de allí para visitar el mercado de artesanía. Estaba muy emocionada porque cuando viví en España, no pude encontrar el arte auténtico del país. Aquí en Nicaragua, hay muchísimo: las maracas, las hamacas, los cuadros, las camisetas, todo lo que uno quiera. En el mercado hay muchas tienditas que están llenas de vibrantes colores. Compré un cuadro, algo de cerámica, y una hamaca para mi padre. A la entrada del mercado, había un grupo de músicos que se ofrecieron a tocar un poco música para nuestra grupo. Había dos hombres con guitarras y un hombre con la marimba, y toda la música la tocaron de memoria. Los sonidos fueron increíbles. Fue una experiencia muy cultural, muy nicaragüense, y a mi me encantó.
En el mercado había muchos diferentes tipos de alimentos. Nuestro grupo decidió almorzar allí, y nosotros ordenamos un plato que incluyó un tipo de carne cocinado lentamente con una ensalada de col y planta de yuca y una cerveza de la Toña para beber. Fue realmente delicioso, hasta que comencé a sentirme enferma por la ensalada de col. Yo no sé si fue el agua de lavar la ensalada o de la col, pero tuve un dolor realmente malo de estómago. El grupo fue a visitar una catedral cerca de la aldea de las Casas Blancas, yo me sentía tan terrible que tuve que coger un taxi con Daphne para volver al hotel. Me sentí como el Ché, cuando estuvo enfermo durante su viaje. Él dijo, “Para las gripes, cama” (Guevara 34). Yo no tengo recuerdos de esta aldea tan hermosa. Decidí permanecer en la cama el resto de la noche y ordené sopa del restaurante del hotel. ¡Nota hacia mi: nunca comas col otra vez!
Cuando John regresó al hotel, hablamos sobre nuestra experiencia hasta ahora. Comencé a darme cuenta de que estábamos aquí sólo como turistas, y por ello, estamos tan desconectados de los habitantes del país. Nosotros sólo los veíamos desde la seguridad de nuestras ventanas de la camioneta, dos mundos diferentes separados por un vidrio. Teníamos cuidado, y ellos miraban el autobús. El único contacto que tuvimos con los Nicaragüenses fue con los trabajadores del servicio, o el pobre que nos preguntaba por dinero y alimento. Me sentía realmente mal, pero hicimos lo que pudimos por ayudarles. Parece que Estados Unidos es la conciencia moral del mundo, constantemente implicado en asuntos humanitarios extranjeros. Estamos dispuestos a ayudar a los menos afortunados. Sin embargo, ésta metafórica separación impuesta por la ventana de vidrio nos impide de experimentar realmente Iberoamérica. Quizás en cierta manera es bueno. Siento cómo es difícil implicarse emocionalmente en tan sólo una semana y marchar rápidamente a la seguridad de casa. La idea de separación cultural es muy importante para mí y continuará a través del resto del viaje.

Lunes, 8 de marzo del año 2010

Por la mañana, me sentía bastante mejor para viajar otra vez con mis compañeros. Hoy es el día que visitamos la ciudad de Granada, se encuentra al sur de la capital Managua.
Granada es una ciudad de Nicaragua. Fue fundada en 1524 por Francisco Hernández de Córdoba y una de las primeras ciudades europeas en territorio continental americano. Granada es la Ciudad turística por excelencia de Nicaragua. Posee una arquitectura colonial y neoclásica exquisita y en bien conservada. Es uno de los sitios más visitados de America, por sus fiestas como la Hípica (http://www.manfut.org/granada/colonial.html).

Y por eso, fuimos a Granada para disfrutar de la catedral que está en el centro de la Plaza de la Independencia. Al lado había una foto de la catedral, con un antiguo edificio amarillo y blanco. Qué bonita era, con los brillantes colores. Frente a la catedral hay un parque donde exponen diferentes vendedores y artistas de artesanía local. Recuerdo que fuimos a un hotel muy grande porque necesitábamos usar el baño urgentemente. Nos sentamos en las escaleras de entrada para mirar a la gente nicaragüense. Rápidamente un hombre con las manos llenas de maracas se nos acercó y se ofreció a esculpir nuestros nombres en las maracas por cinco dólares. Tuvo mucho talento porque pudo esculpirlas en menos de diez segundos. Compramos cuatro pares de maracas; molestamos al resto del grupo al ritmo de las maracas durante todo lo que quedó de viaje.
A lo largo de nuestro paseo por la ciudad, un chico pobre nos siguió por todo el camino Le dimos algo de dinero, Oreos, y agua, pero tardó muchas horas hasta que el chico se marchó. Hay una foto del niño con Zulema en la calle. Me molestó un poco porque no pude disfrutar de las vistas de la ciudad. Más tarde decidimos hacer un picnic en el parque cerca de las Isletas de Granada del lago Cocibolca. Comimos sándwiches de jamón y queso con fruta y galletas. Un hombre pobre nos miró por algunos minutos, y le dimos dos sándwiches. John sacó una foto de él. Más tarde una sensación horrible me invadió, me sentí molesta. Me sentí muy territorial, pero muy mal al mismo tiempo. Hablé con Daphne sobre mis pensamientos para entenderlos mejor. Nunca antes había visitado un país pobre, todo fue una experiencia nueva para mí. Ella me dijo que es comprensible que me sintiese territorial. Tendré que aprender como afrontar estas situaciones y saber compartir con los que no tienen nada para comer. Pensé que no podemos dar comida a todo en Latinoamérica, pero al mismo tiempo, si tenemos extra, está bien. Este es otro ejemplo del choque cultural: la pobreza.
Por la tarde, fuimos a un tour por Las Isletas de Granada en barco y vimos alrededor de cuarenta islas. ¡Qué interesante fue nuestro safari fotográfico! Vimos muchas casas exuberantes de los que son ricos; hay algunas islas para alquilar o vender. Las Isletas son actualmente un refugio para muchas especies de pájaros exóticos de Nicaragua. Algunos monos vivían en una isla, y les dimos algunas galletas de crema de cacahuetes y queso. También, nos acercamos a una isla con árboles del mango, y Francisco y los otros guías cogieron mangos fresos para nosotros. Yo los pelé y los comí directamente del árbol. Recuerdo que el jugo corría través de la mano. Qué delicia.
El viaje en barco fue interesante porque pudimos estar separados de la sociedad pobre. Los pobres no pudieron molestarnos durante el tour de las islas. Estábamos separados y pudimos olvidarnos de aquellos que necesitan ayuda. Ahora cuando lo escribo, parece terrible, pero estos fueron mis pensamientos reales durante esta parte del viaje. Quizás fue mi punto de vista colonial que hizo tan difícil de entender esta pobreza esparcida. Me sentía un poco culpable porque pude disfrutar y olvidar la pobreza – las familias y los chicos que necesitan dinero. Cuando les dábamos algo para comer, no parecía ser suficiente. Era interesante. Decían que querían algo de comer, pero a la vez no aceptaban las galletas y el agua. Querían dinero. Además, me encantó el viaje por las islas. Después, regresamos al hotel para descansar. Adios, Granada.

Martes, 9 de marzo de 2010

El día de hoy visitamos la ciudad gemela de Granada: León, que está localizada al norte de Managua. Aquí esta la foto que sacamos a tres hombres que viajaban en una camioneta delante de nuestro camión durante el viaje. Quisimos plasmar en imagenes las personas que viajan a los lados de los vehículos, así que sacamos rápidamente nuestras cámaras para sacar una fotografía. Queríamos enseñar a nuestros amigos en EEUU que loca está la gente en Nicaragua y como viajan algunos en camión. Cuando comenzamos a sacar las fotografías, un hombre sacó su teléfono celular y tomó una imagen de nosotros. ¡Reímos tan fuerte! Estas personas no son tan primitivas como pensábamos. Una vez más nosotros experimentamos un choque de dos culturas diferentes.
León es muy interesante.
El departamento de León se caracteriza por tener paisajes espectaculares, hermosas playas, bellos volcanes y un sin número de destinos atractivos poco explorados. En este departamento se ubican cuatro volcanes de la Cordillera de Los Maribios y además se encuentran bellas playas, pueblos históricos y sobre todo iglesias de hermosa arquitectura. De esta tierra han surgido importantes personajes como el Príncipe de las Letras Castellanas Rubén Darío, además de poetas como Salomón de la Selva, Alfonso Cortez y Azarías H. Pallais; el rey del vals José de la Cruz Mena, Pedro Argüello Argüello, entre otros ilustres personajes, tanto de la independencia nacional como de la vida intelectual del país (http://es.wikipedia.org/wiki/León_(Nicaragua)).

Llegamos a la ciudad y primero, disfrutamos de un tour con el guía Alfredo en el Mausoleo de los Héroes y Mártires. ¡Impresionante! Muestra muchos de los héroes de las guerras de Nicaragua y cuenta la historia de Nicaragua como una nación. Para visitar la casa de Rubén Darío necesitamos esperar una media hora porque no estaba todavía abierta. Cuando la visitamos, fue muy extraño estar en la casa de un poeta famoso. Fue un poco surrealista. Pero, a mi me encantó, especialmente las piezas de arte y las copias auténticas de sus trabajos. Regresamos al centro y visitamos la Bascilica Catedral de la Asunción. Reconocí la arquitectura barroca de la catedral. “La Bascilica Catedral de la Asunción es una típica construcción barroca colonial que fue construida entre 1747 y 1814, las torres son de estilo neoclásico. Debido a robustez de sus muros ha soportado temblores, erupciones volcánicas del volcán Cerro Negro y guerras” (http://es.wikipedia.org/wiki/León_(Nicaragua)). Dentro de la catedral todo era muy intrincado y tenía muchos detalles. Estábamos en paz y pudimos descansar allí.
Pero escuchamos mucho ruido afuera de la iglesia. ¡Había una banda de los músicos y las bailadoras sexys! Hay una foto de ellas al lado. Vestían con muchos y vivos colores y eran cuatro las mujeres frente a la banda musical. No sabía si se trataba de un festival especial. ¡Qué cultura! Me encanta la energía vibrante de la cultura Nicaragüense. La gente es tan viva. Disfrutan la vida más pausadamente que los estadounidenses. Al principio, estaba muy preocupada con nuestras citas o el horario del itinerario. Me molestaba mucho cuando salíamos más de media hora después de la hora prevista. Pero ahora, estoy más acostumbrada al modo de vida: lento, sin estrés, toman siestas, y todos están felices.
Cuando conducíamos por la ciudad de León, vimos en una pared un graffiti que decía: “Bush genocida: el enemigo de la humanidad. ¡Muerte al invasor imperial!” Creo que es interesante que la gente pueda expresar sus pensamientos sin el ,miedo a ser “correcto políticamente” o de ofender a diferentes personas. Se puede decir lo que uno quiera decir. Un cartel publicitario en Managua también mostraba las fotos de dos políticos populares y preguntaba si la gente quiere votar a los ladrones. Ah, Latinoamérica. A veces, espero que los estadounidenses hablasen más alto acerca de cómo ellos se sienten con ciertas situaciones.
Finalmente, después de los bailes sexys, fuimos a cenar en un pueblo pequeño de pescadores cerca de León. Recuerdo los barcos muy cerca de la costa por falta del agua, o la marea alta. Todo fue tan tranquilo. Pude relajarme y disfrutar de la vida sin el estrés de nuestras ocupadas vidas en los Estados Unidos. Cenamos pescado fresco, todas las partes del cuerpo del pescado, y miramos el atardecer. Regresamos al hotel y descansamos toda la noche. Fue un día muy ocupado, llenó de nuevas experiencias.

Miércoles, 10 de marzo de 2010

Éste es el día que fuimos al paraíso que se llama el Hotel Barceló Montelimar, un centro turístico. Permanecimos allí durante dos días, disfrutando del sol. Estas eran las vacaciones que había esperado tener. Descansamos alrededor de la piscina todo el día, tratando de conseguir un bronceado decente para cuando volviésemos a casa. Las vistas del océano Pacífico fueron hermosas; era la primera vez que veía el Océano Pacífico. Dormíamos en cabañas de dos personas cerca del agua. Fue agradable. A la noche, fui con Shari y Daphne a que nos hiciesen la manicura y pedicura, que experiencia más divertida. ¡Hablamos con las mujeres nicaragüenses; pensaron que era Nicaragüense y todo! Ellas nos dijeron que a eso de primera hora de la mañana, abajo en la costa, hay un pequeño mercado de artesanos. Decidimos ir a la mañana siguiente. El restaurante en el complejo era todo incluido, y al comer me sentía culpable por tantos platos de comida, siendo consciente de las vastas cantidades de pobreza en Managua. Esa noche, nosotros decidimos ir al casino y jugar. ¡Recuerdo que Chad ganó el concurso de Señor a Barceló! La vida nocturna fue agradable.

Jueves, 11 de marzo de 2010

Por la mañana, Pierce, Daphne, John y yo decidimos pasar por el pequeño mercado de artesanía. Cuando llegamos, vimos que eran cinco o seis puestos unos junto a otros, y fuimos los únicos turistas que querían comprar cosas. Anduve de puesto en puesto, mirando cosas diferentes para comprar. Muchas de las señoras nos bombardearon para comprar sus objetos, era difícil pues todas vendían las mismas cosas. Entonces acabamos no comprando nada, y marchando rápidamente. Me sentía tan incómoda y extraña. La caminata de vuelta al hotel fue agradable como comenzaba a hacer mucho calor; se agradecía el agua fresca del mar cubriéndonos los pies.
Una vez más, empezamos el ritual diario de tomar el sol a la orilla de la piscina, compartiendo loción solar y aprovechándonos de las bebidas con todo incluido. Me despreocupé. Muchas de las otras estudiantes fueron a jugar agua voleibol, que entretenía tan solo el mirar. ¡Pobre Shari, ella realmente se quemó al sol! Demasiado corto fue el tiempo que pasamos en el complejo y llegó la hora de regresar a nuestro hotel de Managua ¡Adiós, Montelimar! Nuestra estancia en el Hotel Barceló Montelimar fue maravillosa, pero al mismo tiempo, pareció demasiado irreal. Sentía inquietud el saber cuántas pobreza había en Nicaragua, y yo disfrutaba de un complejo de cuatro estrellas. El Barceló Montelimar tiene una pista de aterrizaje privada para los aviones de huéspedes que quieren volar directamente a el complejo, sin viajes por la capital. De esta manera ellos no tienen que conducir a través de la capital de Managua, ellos tienen simplemente el lujo de llegar cuando quieren. Ellos nunca ven a los niños que tratan de vender relojes en las calles. El complejo es como un escape lejos de realidad: cuando estuvimos allí no tuvimos que ver las caras de los pobres, nosotros tan sólo nos preocupábamos de que era lo próximo que queríamos pedir para beber. Por lo tanto, Montelimar es una representación falsa de la Nicaragua verdadera: la pobreza, las condiciones sociales, el tratamiento injusto, la necesidad de alimento y la dificultad del acceso al agua limpia no existen aquí. Yo casi di un suspiro de alivio como dejamos el complejo, sabiendo que ésta no es la verdadera Nicaragua.
Más tarde por la noche, si bien recuerdo, fuimos a una galería de arte en la parte más rica del pueblo para ver una exposición de arte. Sentía que en Nicaragua faltaba la clase media. La pobreza era abundante, y el ir a esta exposición de arte nos permitió a mezclarnos con la clase alta de la sociedad. ¿Dónde está la clase media? Esta es otra gran comparación entre los Estados Unidos y Nicaragua: los sistemas de clases sociales. De todos modos, fue interesante ver como la artista había pintado y había fotografiado a la misma mujer con gafas de sol, desnuda, jugando con su perro negro. Hay una imagen de la artista con la modelo al lado. Adoré el feminismo que sentí al observar su trabajo artístico. Todas sus pinturas expresaron mujeres fuertes, la desnuda, haciendo cosas diferentes. Fue poderoso. John y yo compramos una pieza de cerámica de un estudiante de bellas artes. Nos sentimos tan participantes de la “clase alta”, como si fuésemos parte de la sociedad más influyente al beber champán y analizar el arte. Fue una noche maravillosa.

Viernes, 12 de marzo de 2010

Hoy decidimos relajarnos y disfrutar de la piscina ya que nosotros todavía disfrutábamos de nuestro “Spring Break”. Fue divertido hablar con las otras chicas y discutir cómo el viaje transcurría. Durante la mañana, asistimos a una clase de cocina, en un Instituto de Managua. Hacía mucho calor en la cocina, con las estufas grandes, pero la clase fue muy divertida. Aprendimos como preparar un lomo de bistec con verduras salteadas y patatas. ¡Ahora puedo hacer un chimichurri delicioso! Me encantó la clase de cocina.
Más tarde, nos arreglamos para ir a una cena a el Casa de Los Mejía Godoy, un restaurante donde la famosa banda nicaragüense, Carlos Mejía Godoy (y otros), tocaba esa noche. Tocan música folklórica diferente, suena como a polca, también hacen una representación cómica al mismo tiempo. Yo realmente no podría comprender mucho de lo que decían, pero fue divertido observar las expresiones de Zulema y Daphne desde el otro lado de la mesa. Ellas parecía que lloraban de reírse tan fuertemente. Al final, le dije a Zulema que yo no podía comprender la exposición de comedia. Ella me dijo que "a veces usted debe comprender no con su cabeza, pero con el corazón". Aprecié su seriedad. En términos generales, la atmósfera de la exposición asombraba, y realmente disfruté de la música. Después de la exposición, volvimos al hotel a descansar para poder disfrutar de nuestro último día en Nicaragua.

Sábado, 13 de marzo de 2010

En nuestro último día en Nicaragua, decidimos visitar un mercado local que vendía artesanía de diferentes tipos. Podría pasar horas tratando de decidir lo que comprar. Es un desafío el regatear precios con los vendedores. Uno no puede encontrar mercados como estos en ningún otro país del mundo. Adoro las pinturas de aldeas nicaragüenses llenas de color, siempre con un volcán al fondo. Tengo una en mi apartamento en este momento. Cuando volví al hotel, ordené todo con cuidado y coloqué toda la artesanía entre la ropa de mi maleta para que así no se rompiese. Esa noche, nos mantuvimos despiertos un buen rato ya que nuestro vuelo salía a las seis a la mañana siguiente. Fue un adiós triste, haciendo nuestras maletas en el autobús.
Añoraré Nicaragua: las personas, la tierra, el trabajo artístico, la autenticidad de todo. Mi viaje a Nicaragua ha cambiado mi forma de ver la vida. Me ha hecho apreciar lo que tengo en casa, mi familia, y mis amigos. He llegado a ser más fuerte, más dispuesta a cambiar el mundo alrededor de mí. Fui, en términos generales, una turista durante los nueve días que visitamos Nicaragua. Michel Butor define este tipo de viaje como el “business, or vacation: a linear trip in which time opens up . . . it’s to the beach . . . Leave your worries, escape! . . . In the vacation, travel can become theater. We mimic another trip . . . Bathing ourselves in original wandering, we exorcise the terror of exodus” (Butor 75-76). Visité Nicaragua con la intencione de volver finalmente a casa, a algún lugar seguro y familiar. Pero en el proceso de viaje, he cambiado mental y emocionalmente. Tengo una apreciación más profunda hacia las personas de este mundo que nos rodea. Mis escrituras me han ayudado a transmitir estas emociones. Como el autor Michel Butor escribió una vez, “To travel is to write and to write is to travel” (Butor 69).


--Katelyn Coddaire


Bibliografía

Alegría, Claribel. Saudade. Visor Libros: Madrid, España, 1999.
Butor, Michel. “Travel and Writing”. Defining Travel: Diverse Visions. Ed. Susan L. Roberson. Jackson: University Press of Mississippi, 2001: 69-85.
“Granada, Nicaragua”. http://www.manfut.org/granada/colonial.html. 24 de abril del 2010.
Guevara, Ernesto “Che”. Diarios de motocicleta: Notas de viaje por América Latina. Ocean Sur: Cuauhtémoc, CP, México, D.F., 2004.
“León, Nicaragua”. http://es.wikipedia.org/wiki/León_(Nicaragua). 24 de abril del 2010.
Siscar, Cristina. La Siberia. Buenos Aires: Mondari, 2003.
“Volcán Masaya”. http://es.wikipedia.org/wiki/Volcan_Masaya. 24 de abril del 2010.

Una entrevista con Richard Lamb

KC: Aquí estamos con un héroe británico, Richard Lamb, que ha viajado a muchas partes del Uruguay por razones diferentes. Tengo muchas preguntas para él sobre sus aventuras. ¿Richard, cómo estás?
RL: Muy bien. ¿Y tú?
KC: Muy bien, gracias. La primera pregunta concierne el cambio en tus sentimientos durante el viaje. ¿Cómo te sentías al principio de la aventura? ¿Estabas nervioso, tenías miedo porque toda la tierra era extraña para ti?
RL: Al principio, estaba muy, muy nervioso porque Paquíta y yo habíamos escapado ilegalmente de su papá en Buenos Aires, y no sabíamos si él estaba siguiéndonos. Pero con tiempo, cuando me marché de Montevideo, pude familiarizarme con la tierra y las costumbres de la gente. Toma tiempo para cada persona relatar su entorno. Ahora estoy muy cómodo con las personas de Uruguay y siento que soy uno de ellos.
KC: Y también, quiero hablar sobre el cambio de un hombre británico a un “gaucho”, como dices “uno de ellos”: la gente uruguaya. ¿Es verdad que crees que eres uno de ellos completamente?
RL: No sé si completamente, pero las personas que he encontrado son como partes de mi familia. La mayoría de la gente es muy hospitalaria y me ayudaron en cualquiera cosa que necesité. Por ejemplo: la comida, los caballos nuevos, una cama para dormir. Creo que forma parte de la cultura, es su carácter ser hospitalario especialmente con los extraños. Al principio, era un extranjero, con los puntos de vista del mundo muy estrechos. Era estrecho de miras. Con más y más contacto con la gente uruguaya, estas opiniones negativas cambiaron entre los que eran más iguales. Ahora, pienso que ellos son iguales a mi, y siento más aprecio por la tierra hermosa que existe en Uruguay.
KC: Muy bien. Escapaste con tu mujer a Montevideo por causa de las leyes en Argentina. Y entonces, viajaste por muchas semanas sin ella a su lado. Has conocido a muchas mujeres que creyeron que no tenías esposa, porque no les dijiste la verdad. Algunos dicen que estabas enamorado de ciertas mujeres, por ejemplo, de Dolores. Hablaste sobre su belleza y, a veces, es como que estabas en trance. ¿Richard, cómo se sentiría Dolores si ella hubiera sabido de las otras mujeres? ¿Durante tu viaje, habías olvidado a tu esposa? ¡Qué escandaloso!
RL: Espera, espera. Quiero decir que a mí me encanta Dolores con todo del corazón y nunca intencionalmente le quería causar dolor. Al mismo tiempo, hay muchas mujeres con la belleza exquisita y solamente las admiro por eso. Nunca quería casárseme con ellos. Creo que Paquíta no necesita saber sobre las otras porque le causaría mucha aflicción innecesaria.
KC: Pero, ahora no es importante porque no estás con Paquíta al momento. Después del viaje, cuando regresaste a Montevideo, Paquíta y tú habían decidido a volver a Buenos Aires para conocer a tu papá y confrontar sus faltas. Como consecuencia del “secuestro”, fuiste a la cárcel por muchos meses y estabas separado de la amante de tu vida. Ahora estás libre, pero sin Paquíta. ¿Valió la pena, cuando te escondiste en Uruguay y fuiste en una aventura, solamente para volver a la realidad y perder a tu esposa?
RL: Es difícil hablar sobre este tema, pero es necesario. Por siempre, ella será la amante de mi vida porque la quiero muchísimo. Y también, pienso que vale la pena porque aprendí sobre la gente y la cultura uruguaya; no quiero cambiar esta experiencia por nada. Al final del viaje, sentía que necesitaba aceptar la responsabilidad por la situación y confrontar a su papá. Sabía lo que me estaba reservado cuando regresé a Buenos Aires. No era un secreto. Pero, cuando estoy en Montevideo y extraño a Paquíta, voy a la colina que está encima de la ciudad, y pienso en su belleza y su corazón afectuoso. La quiero a Paquíta para siempre.
KC: Richard Lamb, muchísimas gracias por su tiempo.
RL: Igualmente.

Tuesday, April 27, 2010

Las aventuras de “1081 W. Bippley Road”

De niña, tenía tres hermanos menores a los que les encantaba jugar a los videojuegos cada día. Por eso, me sentía muy sola como la única hija de la familia. Desde que vivimos en el campo, fue difícil para mí visitar a mis amigas mejores así que a mi mamá tenía que conducirme a su casa. Por lo tanto, he dibujado un mapa de nuestro patio trasero y las áreas más especiales para mis hermanos y para mí. Así crecí jugando con las muñecas, y gané la independencia. Sin embargo, cuando me aburría, molestaba a mis hermanos hasta que se acordaba de jugar conmigo. Así es como nuestras aventuras empezaron.
Con mucho pitorreo, pude distraer a mis hermanos de los videojuegos e introducirlos al mundo de la naturaleza. Me perseguían fuera de la puerta trasera de la sala, cruzaban el patio trasero, y corrían a la estructura de los columpios. Pretendíamos que era una gran barca de piratas, entornado por los tiburones antropófagos, y nos forzábamos a “caminar el tablaje” que dirigiría una muerte trágica. En los columpios, me columpia tan alto que el mundo debajo del los pies se transformaba entre el cielo, un azul y blanco brillante. Después de las aventuras de los piratas, nos escondíamos entre los arbustos de zarzamoras con cuidado porque estaban llenos de espinas. Las zarzamoras siempre nos sabían deliciosas durante los veranos.
Cada vez que oímos la llamada de nuestra mamá para hacer las tareas, subíamos el “Árbol de escape”. Guardados muy alto en las ramas, estábamos a salvo de completarlas. Sin embargo, las amenazas de eliminar los juguetes nos persuadían fuera del árbol y entre la casa.
A mis hermanos me perseguían entre el garaje, después del jardín de flores y el hoyo de fuego. A nosotros nos encantaba el garaje porque mis padres almacenaron muchas cosas allí, creado los mejores espacios secretos para jugar al escondite. A veces teníamos que subir el árbol al lado del garaje para salvar un gatito. El garaje viejo nos encantaba.
Cada día cerca de las seis de la noche, escuchábamos el sonido del camión viejo de mi papá que bajaba por el camino. Cuando él manejaba al camino de entrada, corríamos y lo saludamos con besitos y abrazos grandes. El tiempo con nuestro padre fue precioso.
Después del garaje, continuábamos la persecución al fondo del jardín cerca del campo del maíz. Tenía miedo porque había serpientes y animales pequeños por el campo. Cuando me sentía triste, me escondía en el césped largo para ordenar mis pensamientos. Creía que el “Gran Árbol” me daba la sabiduría secreta de todo del mundo. Fue un lugar de paz, de silencio para apreciar la naturaleza.
La persecución continuaría. A mis hermanos y yo corríamos a través del túnel de las uvas creado la frontera de nuestra propiedad. Con zancadas grandes, cruzábamos el campo abierto a la seguridad del columpio de la llanta que estaba en el frente de la casa. Este árbol también fue uno de los mejores para subir. Hoy se pueden ver las ranuras profundas en la madura de la rama a causa del columpio de la llanta. Qué divertido.
Al final, los cuatro amigos corríamos por la puerta principal, sucios, con ruido, luchando por respirar. Tomábamos el agua frío hasta el estómago que no se podía tomar más, y allí, en la mesa de la cocina, la aventura terminaría. Mis hermanos salían para jugar los videojuegos, y yo, con las muñecas. Pero estábamos contentos. Así es como la vida debe ser. Llena de imaginación, de exploración, de lugares secretos que solamente son compartidos con los hermanos. Nunca olvidaré las memorias de mi infancia en la casa de “1081 W. Bippley Road”.

Una ventana entre las tierras inexploradas: Los trabajos de Eduarda Mansilla y Florence Dixie

En su libro Mujeres en Viaje, la autora Mónica Szurmuk ha compuesto una colección de varias escrituras del viaje por mujeres famosas de todas a partes del mundo. Escribe que “viñetas de pasados que fueron o pudieron ser, sus textos son ricos entretejidos de experiencias reales y soñadas, de posibilidades multiplicadas en la incertidumbre del pasado, de voces que se dejaron de oír” (Szurmuk 12). Incluyó en este libro son dos diarios de Eduarda Mansilla, que viajó a los Estados Unidos para investigar los sistemas del gobierno y la política, y de Florence Dixie, que aprovechó la oportunidad de viajar a Patagonia de encontrar la aventura y una gran emoción. Se puede comparar los trabajos de las dos autoras por la comparación de sus origenes personales y los objetivos del viaje, y la mirada colonial que cada autora tiene. Es importante entender el origen de la autora y las razones del viaje para comprender la mirada colonial, que es un resultado de este origen. Por los dos puntos, nosotros como lectores podemos entender mejor los viajes de las autores y podemos comprender mejor la psicología detrás de los pensamientos y las acciones.
Para entender cómo se adoptan los crecimientos y actitudes de una persona, es importante aprender sobre el origen de la persona. Florence Dixie nació en Londres en una familia de nobleza. Aunque su familia fue bien educada, ella no recibió una educación formal a causa de los viajes constantes entre Europa. Su pasión por las tierras exóticas creció con el tiempo, y eventualmente ella decidió viajar a Patagonia, para la consternación de sus amigos. Su libro, A través de Patagonia, cuenta sobre sus primeras experiencias al viajar a un país salvaje para extinguir la sed de aventura. “Precisamente elegía la Patagonia porque era un lugar extraño y lejano. . . la insatisfacción que a veces se siente cuando ya no hay sorpresa ni entusiasmo [en Londres] . . .” (Dixie 115). Al principio de sus aventuras, parece muy indiferente a la vida de los indígenas. Pero, con tiempo y con más viajes a otros lugares como África, ella gana un espíritu apasionado para ayudar a la gente y extender la conciencia de sus situaciones. Por eso, ella es feminista porque va a otros países para trabajar con la gente y crear algún cambio en el mundo: por ejemplo, entre sistemas del gobierno o con las condiciones malas de vida de los indígenas. Dixie usa el medio de escritura como una herramienta de extender la conciencia de estas situaciones globales. “Toda su obra está embebida del feminismo de la época: fue una tenaz luchadora por la inclusión de las mujeres en la vida pública . . . defendió la igualdad ante la ley y el control de la población” (Szurmuk 114). Por Dixie, sus escrituras del viaje son un modo de informar a las masas de lo que está ocurriendo en partes remotas del mundo.
Eduarda Mansilla cuenta una historia diferente. Nació en Buenos Aires de una familia aristocrática; su tío fue Juan Manuel de Rosas (Szurmuk 85). Mansilla fue criado entre una estilo de vida muy privilegiado por recibir una educación europea donde ella asistió a las clases sobre las lenguas extrañas y la política. Esto creó una percepción muy específica del mundo para ella: Mansilla fue enseñado que los europeos son más dignificados y cultos que los otros del mundo, lo que creó un aire de superioridad sobre todo. Cuando le comparamos a Dixie, esta mirada colonial que Mansilla tiene demuestra su importancia.
La historia de Mansilla cuenta sobre su viaje con su esposo a los Estados Unidos para estudiar y crear un reportaje sobre los sistemas del gobierno americano, cómo funciona, y cómo sirve a los cuidados de ese país. Ella estaba muy interesada en estudiar los códigos sociales de las clases más altas: por ejemplo, la educación, los modos de vestir, cómo se habla, y los buenos modales de las mujeres y los hombres. Ha sido dicho que las escrituras de Mansilla preparan el camino para las otras escrituras y que ella se arriesga peligrosamente por lo que ella hace. Creo que Mansilla puede caracterizarse más como una femenina que una feminista. A diferencia de Dixie, ella no hace nada extravagante para crear el cambio del mundo; meramente escribe sobre los viajes. Al final del viaje, Mansilla puede regresar a una vida lujosa y se hace una “social exploratress” (Pratt 168). “The social exploratresses melds politics and the personal. . . the exploratresses emplot quests for self-realization and fantasies of social harmony”, pero no están dispuesto a tomar una estancia activamente y crear el cambio, más como las feministas.
(Pratt 168).
Es interesante comparar Mansilla y Dixie por sus objetivos del viaje aunque sean completamente distintos. Dixie quería obtener una sed de la aventura para viajar a la Patagonia y encontrar a los indígenas, y por otro lado, Mansilla decidió viajar a los Estados Unidos para mezclarse con la clase alta de políticos. Parece que Dixie experimenta la vida real con mucha fuerza cuando Mansilla se queda en su zona de comodidad, resguardado seguramente por sus modos y opiniones. Por eso, Mansilla no está expuesta a la verdad que reside el mundo que la rodea. Está en favor del comercio de los esclavos en los Estados Unidos, pero nunca visita una subasta de esclavos o una plantación para ver cómo son las condiciones de vida. Dixie, sin embargo, se encuentra muy cercana a las condiciones de vida de los indígenas de África y decide actuar. Estos dos modos diferentes de ver el mundo son importantes así que ocasionan las acciones de cada mujer, o cómo ella actúa en cada situación.
La idea de la mirada colonial es importantísima porque influye en los pensamientos y opiniones de las dos autoras de modos diferentes. En el caso de Dixie, sus amigos británicos no pudieron entender por qué ella viajaría a una tierra exótica y lejos para el placer. Fue completamente irracional. “¡Patagonia! . . . Por qué? ¡Te comerán los caníbales!” (Dixie 115). Va en contra de sus deseos, pero aún mantiene un punto de vista europeo, o una mirada colonial. “Yo podría penetrar en terrenos vírgenes de presencia humana” (Dixie 116). Durante la escritura, Dixie empieza deshumanizar a los indígenas y los convierte en el “Otro” por constantemente escribir con un tono condescendiente. También, describe a los indígenas como “tribus salvajes” y “animales detestables” (Dixie 115). Otro ejemplo es cuando explica los intercambios de lengua entre los indígenas. Dice, “Después de examinarnos y de intercambiar con Gregorio una serie de gruñidos guturales . . .” (Dixie 117). Desgraciadamente, Dixie está ciega por esta mirada colonial, que ella está mejor que las otras personas indígenas porque es blanca. Durante un rato, no se puede aceptar la realidad alrededor de ella, y también la verdad de la situación: que estas personas son individuos como ella y su compañía. No son animales o salvajes. Su estrechez de miras la ciega de esta realización, la lleva a pensar más y más como sus amigos europeos. Sin embargo, cuando ella está con ellos, Dixie aprende a respetar los indígenas por quiénes son, y para ganar una apreciación profunda de la cultura y modos de vida.
En toda su escritura, la ideología de Mansilla “está plagada de contradicciones internas”, que crean una mirada colonial muy interesante (Szurmuk 86). Por ejemplo, ella está de acuerdo con el sistema de esclavitud de los Estados Unidos, pero al mismo tiempo defiende los indígenas Sioux (Szurmuk 86). Parece que no solamente tiene una mirada colonial, pero una “mirada argentina” porque ella es crítica con los estadounidenses y sus sistemas del gobierno. Mansilla pertenece a una familia aristocrática, de la clase más alta, y por eso no está muy ocupada con la gente baja pero la gente más rica. Escribe sobre las maneras de vestir, el idioma inglés, el patriotismo de la gente, y las maneras de los hombres y las mujeres. Esta mirada colonial la protege de ver la verdad real con la esclavitud y el maltrato de los indígenas de los Estados Unidos. Parece que, con esta mirada, no puede experimentar los Estados reales. Mansilla está cómoda con sus maneras correctas y su estilo de vida muy protegido. Por otro lado, Dixie casi se acriolla de un modo, muchísimo más que Mansilla. Ella es una con la gente, mientras que Mansilla crea una distancia saludable entre ella y los de la clase baja. Las miradas coloniales influyen muchísimo en cómo las escritoras escriben y cómo comparten los cuentos con el mundo, así cómo experimentan el mundo personalmente.
Ambas Mansilla y Dixie han creado las escrituras del viaje que cautivan a los que las leen por causa de buscar más profundo entre los seres y poner sus percepciones en la escritura. “En sus descripciones del mundo y las sociedades que les eran ajenas, estas mujeres intentaron comprender mejor la época que les tocó vivir” (Szurmuk 12). No solamente cuentan una historia, comparten un trozo de la experiencia de la vida real con los lectores en todos partes. “Hay en todos los viajeros un común denominador: la mirada curiosa y desconcertada que intenta comprender desde los paradigmas de su propia cultura y traducir a su lenguaje todo aquello que ve” (Szurmuk 9). A causa de Mansilla y Dixie han producido esta literatura del viaje, como lectores podemos explorar estas tierras con un giro de la página. También, podemos entender el mundo alrededor de nosotros mejor por las literaturas de estas grandes escritoras de viaje.






Bibliografía
Dixie, Florence. “Una Lady en la Patagonia” en Mujeres en viaje. Szurmuk, Mónica (ed.) Buenos Aires: Alfaguara, 2000. pp. 113 – 125.
Mansilla, Eduarda. “El viaje diplomático de una sobrina de Rosas” en Mujeres en viaje. Szurmuk, Mónica (ed.) Buenos Aires: Alfaguara, 2000. pp. 85 – 109.
Pratt, Mary Louise. “Reinventing America II: The Capitalist Vanguard and the Exploraties Sociales (Chapter 7)” en Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation. New York, NY: Routledge Publications, 1992. pp. 144-171.
Szurmuk, Mónica. Mujeres en viaje. Buenos Aires: Algafuara, 2000. Prólogo.

El viaje como la escritura en "La Siberia"

En el ensayo “Travel and Writing”, Michel Butor describe los tipos diferentes del viaje que se puede encontrar en literatura. Dice que, “to travel is to write and to write is to travel”. Muchos de estos conceptos pueden ser aplicado a la novela de La Siberia, por Cristina Siscar.
El concepto de “Reading as Travel” (1) es importante al lector porque la historia permite al lector escapar de los entornos fiscales entre un mundo de fantasía, de lo que es desconocido. En La Siberia, el lector se siente como está al lado de los otros pasajeros en el microbús, viajando a través de la Patagonia. Siscar ha creado un mundo tan real en su historia que se puede sentir el polvo que sopla a la cara mientras los pasajeros encuentran el viaje apasionante. Para el lector, es un modo de escapar el mundo real, en cualquier tiempo quiere.
También, Butor menciona “Travel with a specific goal” (4). Se puede aplicarlo a la historia de Siscar porque los viajeros tienen una meta específica para el viaje: cruzar la Patagonia, un lugar de aventura, de lo que es extraño y misterioso. Hay algunos eventos que entorpece la progresión del grupo; por ejemplo, cuando el microbús se estropeó. Pero estos contratiempos les ayudan a la gente a apreciar las metas más y más. Butor dice, “to travel is to live once again”. Los europeos en el grupo quieren que viajar a la Patagonia para explorar una área desconocida, para vivir en incitamiento otra vez. También, ellos tendrán una nostalgia para los lugares cuando regresan a casa. Es mucho como el lector tendrá la nostalgia de regresar al lugar de viaje en el libro.
Las vacaciones (7) son importantes en la novela La Siberia porque los europeos viajan a la Patagonia solamente con el propósito de ir de vacaciones, es el razón del viaje. El lector se puede imaginar que está viviendo en otra tierra cuando lee las historias de los viajeros. Es un otro modo del escapismo a través del uso de la literatura, por los dos del lector y los personajes del libro.
Un otro tipo del viajero importante es “The Alien” (8), o una persona extranjera. Entra a una tierra completamente extraña, y se siente “foreign in a foreign land”. El viajero no es consciente de los entornos y eventualmente estará confrontado con la verdad que existe entre la tierra extraña. Por ejemplo, los personajes de La Siberia viajan a la Patagonia, que es completamente diferente de lo que está en Europa. Por eso, todo es extraño y es difícil de comprender lo que está ocurriendo. Al final de la historia, los pasajeros encuentran los piqueteros a la huelga, y están confrontado con la realidad de la tierra extraña. Su apreciación para sus vidas diferentes es evidente. Ser un extranjero es descubrir las verdades de un país a través de los ojos nuevos.
Una meta para el grupo es la exploración (11) de una tierra desconocida, o la Patagonia. Y toda de la historia cuenta las aventuras del grupo durante esta exploración. Por tanto, el lector puede explorar las tierras a través de los ojos del grupo, con sus perspectivas y sus pensamientos. Tambíen, Butor dice que “usually it is (more or less) a settled native who teaches the explorer to recognize the trails, to identify landmarks, to perceive the dangers”. Y en el cuento, el guía enseña el grupo sobre la Patagonia, los peligros de las pumas y otras cosas, y los hechos sobre la tierra en tres lenguas. Es un viaje de exploración.
Finalmente, el vehículo (14) es importante, en el cuento de Siscar y del artículo de Butor. Él dice que el vehículo permite el grupo se mueve en cualquier área. Es especialmente importante en La Siberia porque por todo de la historia, los turistas viajan en el microbús, o en una “cáscara naranja”. Este espacio define lo que ocurre entre las personas porque están en un espacio cerrado. No se puede escapar cuando están viajando. Su existencia en total se revuelve del microbús. Al mismo tiempo, este modo de transportación permite al grupo viajar donde quiere. Por eso, el vehículo como un modo de viajar es importantísimo a los viajeros.

Butor, Michel. "Travel and Writing". Defining Travel: Diverse Visions. Ed. Susan L. Roberson. Jackson: University Press of Mississippi, 2001: 69-85.
Siscar, Cristina. "Luís Sepúlveda: Un viaje Express al corazón de la Patagonia". Alpha. N 20, Dic. 2004, (103-120).

Guairana

Mi lugar especial está muy lejos de aquí. Cuando se va a Guiarana, todo se para: el tiempo, el movimiento rápido, el estrés del día. Solamente se puede oír la salpicadura suave de las olas, como un metrónomo. Se puede relajar sin el estrés del mundo, de las clases, de las composiciones. Es como si se hubiera quitado un peso encima de los hombros. Al atardecer, la luz del sol brilla a través del cuerpo y se siente tranquilo, cálido. Todo el cuerpo está lleno de los colores brillantes y la calma del sol. Las preocupaciones de su otra vida se escapan gradualmente, y todo el mundo está en paz.
--Katelyn Coddaire

Una comparación entre dos escrituras del viaje: "La Siberia" y Patagonia Express

El autor Michael Butor dijo una vez, “I have always felt the intense bond that exists between my travels and my writing . . . to travel is to write and to write is to travel” (Butor 69). Esta relación fuerte entre la escritura y los viajes es abundante dentro de la literatura de Luis Sepúlveda, escritor chileno que escribió Patagonia Express (1995), y Cristina Siscar, una escritora argentina que contó “La Siberia” (2007). Aunque los autores comparten esta pasión para escribir sobre los viajes a tierras desconocidas, hay cuatro diferencias profundas, lo que incluye: la formación del itinerario distinto, el desarrollo del género, el uso de las intertextualidades, y cómo los autores modelan la imagen de la Patagonia en cada narración. Por eso, hay semejanzas y diferencias entre “La Siberia” y Patagonia Express.
En las escrituras del viaje, normalmente hay incluido algún tipo del itinerario que los autores incluyen en la trama para chispar el interés del lector. En “La Siberia”, Cristina Siscar escribe sobre un grupo de europeos que viajan a la Patagonia en busca de la aventura. La autora desarrolla un itinerario muy fijo para las personajes, con un ida y vuelta. Por eso, es un viaje de turismo organizado, como una línea estrecha. No hay espacio para moverse porque hay citas, fechas y plazos que necesitan ser cumplidos. Al otro lado, Luis Sepúlveda recuenta un viaje de auto-descubrimiento, donde trata de honrar una promesa con su abuelo – regresar a su tierra natal de Martos, España (Sepúlveda 18 – 19). Sepúlveda no usa un itinerario fijo porque rápidamente sale el país en exilio, sin planes a causa de la dictadura chilena de Augusto Pinochet (http://www.goodreads.com/author/show/1084267.Luis_Sep_lveda). Visita muchos países, vagando de lugar a lugar con dos objetivos en la mente: visitar a Martos para su abuelo, y conseguir un permiso para regresar a su patria, Chile. Se podría decir que su viaje fue forzado para salvar su vida. El viaje de Sepúlveda tiene un tipo de pauta circular, como sale y entonces vuelve a Chile, completando el círculo. Esto es muy diferente al viaje planeado y lineal de los personajes de Siscar.
El desarrollo, o falta de desarrollo del género en las dos historias es interesante comparar. En su novela, Sepúlveda escribe sobre un tiempo en Latinoamérica cuando el machismo todavía tuvo un gran impacto en las personas que él se encontró. Las mujeres fueron vistas como objetos que trabajaron en la cocina y cuidaron a los niños, y a veces fueron objetos sexuales. “Cinco mujeres. Hace diez años. Se encerró con cinco mujeres, bueno, usted comprende, de ésas de la vida. Y murió, el muy chancho” (Sepúlveda 144). La tierra está escrita como algo femenino; también, no hay una presencia de genealogía femenina en la novela. Mientras que Siscar construye la imagen de la mujer en una luz diferente. Muchas de las protagonistas de “La Siberia” son mujeres. Por ejemplo, la personaje “Ojos Grandes” domina mucho del cuento, constantemente hablando con los otros turistas. “El guía también se agachó en el arroyo, junto a la mujer, y se quedó contemplando, tan fascinado como ella, el pequeño espectáculo de la vida en movimiento. Fascinado al mismo tiempo, por ella, la dueña de esos ojos que habían descubierto el prodigio escondido. Le sonrió, sin ocultar su admiración, y Ojos Grandes le devolvió la sonrisa y la mirada” (Siscar 79). La autora presenta una construcción de una mujer fuerte y pone mucho peso en las mujeres para desarrollar otro tipo de historia. Quizás es porque Cristina Siscar fue una exiliada también, y le encanta escribir las historias sobre las mujeres fuertes que pueden sobrevivir en todo lo que encuentran. La perspectiva del género es importante en los dos trabajos porque ayuda al lector entender lo que está ocurriendo socialmente durante los viajes.
Una gran diferencia entre Siscar y Sepúlveda es que él usa muchos ejemplos de intertextualidades, mientras ella no incluye ningunos. Al principio de Patagonia Express, Sepúlveda menciona un libro importante que, de niño, había cambiado sus perspectivas de la vida: Así se templo el acero por Nikolay Ostrovsky (Sepúlveda 20), con un protagonista muy valiente que “a costa de sacrificar su vida, no escatima sacrificios para cumplir con su misión de joven proletario” (Sepúlveda 20). Estas perspectivas políticas causarían más tarde el exilio de Sepúlveda, y la creación del libro. También, cuando Sepúlveda encuentra a las personas diferentes en el viaje, muchos tienen sus mismas historias de la vida: narración entre otra narración. Por ejemplo, hay un microcuento sobre un hombre Panchito que murió de tristeza por causa de la asistencia de su delfín favorito (Sepúlveda 119). Es una leyenda muy popular en el villaje, y Sepúlveda la oye cuando está viajando. Sepúlveda menciona su encuentro con el famoso Bruce Chatwin. Él vehementemente escribe sobre los trabajos de Chatwin en Patagonia Express porque Chatwin es como un padre literario para Sepúlveda. Silvia Casini dije que “estas remembranzas generan una particular técnica narrativa usada de manera reiterativa en el texto con la cual superpone la realidad exterior y el espacio imaginario” (Casini 6). Su uso de “flashbacks” es importante así que provee al lector con microcuentos del viaje. Patagonia Express es comparable a “La Siberia” porque, a diferencia del trabajo de Siscar, lo de Sepúlveda está lleno de microhistorias que dan a la novela un significado más profundo en general.
Una diferencia final entre los dos trabajos es cómo los autores modelan la imagen de la Patagonia, porque hace un gran papel en las dos historias. En “La Siberia”, la Patagonia es un lugar exótico, un espectáculo de turistas, una tierra desconocida para los que son europeos.
Era evidente, el viaje se había ceñido a lo previsto, un tour por lugares exóticos. . . a quienes se trasladan al otro lado del mundo: una nostalgia de lo que podríamos ser o haber sido, en otra vida posible, y una extrañeza de lo que somos, de nuestra propia vida, que ha quedado allá, tan lejos. (Siscar 13).

La mayoría de los turistas son europeos, y cuando entran a la Patagonia, traen una idealización europea. Para ellos, la Patagonia representa algo misterioso, peligroso, extraño, de aventuras. Cuando comparamos a Patagonia Express, el trabajo de Siscar tiene una otra función de Patagonia: el turismo. Este grupo de turistas representa un tipo del viaje que se llama “de exploración”. En su artículo, Michel Butor define ese tipo como “we set off for an unknown region, only rarely can we trust our own plans, by going to the other side of the physical or mental horizon we stretch this horizon. . . Usually it is a settled native who teaches the explorers to recognize the trails, to identify landmarks, to perceive the dangers” (Butor 78 – 79). Es un buen ejemplo de un tipo de texto sobre un viaje de exploración. Al otro lado, la Patagonia significa algo diferente a Sepúlveda. Es su tierra natal, su origen, lo que donde nació y donde vuelve al final del viaje. Para él, la Patagonia representa el viaje empírica o real, porque Sepúlveda necesitaba huir en el exilio (http://www.goodreads.com/author/show/1084267.Luis_Sep_lveda). Por eso, en su libro siente mucho amor por la Patagonia, pero al mismo tiempo, es un lugar peligroso, inseguro, bajo una dictadura opresiva de Pinochet. Al final del libro, eventualmente regresa a Chile cuando se le otorga el permiso y se siente bastante seguro para ir. En general, las vistas de la Patagonia, que cada autor crea, son diferentes por razones distintas.
En conclusión, los dos trabajos, por Siscar y Sepúlveda, son similares así que son historias de las experiencias del viaje global. Pero, hay diferencias distintas también que crean una buena fundación para compararlos. Algunas técnicas literarias diferentes son la creación de itinerarios del viaje, el desarrollo del género, el uso de intertextualidades, y la imagen de la Patagonia, un lugar importante en los dos cuadros. Aunque diferentes, los autores de “La Siberia” y Patagonia Express han creado los mundos del viaje en que el lector puede experimentar las tierras distantes y magníficas, sin salir de los reposabrazos de la silla.


Bibliografía
Butor, Michel. "Travel and Writing". Defining Travel: Diverse Visions. Ed. Susan L. Roberson. Jackson: University Press of Mississippi, 2001. 69 - 85.
Casini, Silvia. “Luis Sepúlveda: Un viaje Express al corazón de la Patagonia”. Alpha. N 20, 2004, (103-120). Dic 2004. Páginas 1-15. 2004.
“Luis Sepúlveda”. http://www.goodreads.com/author/show/1084267.Luis_Sep_lveda. 22 de abril del 2010.
Siscar, Cristina. “La Siberia”. Buenos Aires: Mondari, 2003.
Sepúlveda, Luis. Patagonia Express. Barcelona: Tusquets Editores, 1995.

Un viaje peligroso por el amor verdadero

Ella ha estado viajando por muchos días. Fría, cansada, con hambre, Rosalinda se desanimaba. De la Ciudad Celestial, a través del Río de la Muerte, y entre las Montañas del Error y de la Cautela, ella necesitaba viajar por todo del camino a la Ciudad de Destrucción para salvar a su príncipe valiente, Roberto. Parecía una hazaña imposible. Lord Terremoto lo ha capturado de Rosalinda por su inteligencia. A él era una persona inteligente que se llevó las gafas. Pero a ella le encanta con todo del corazón. De todos modos, Lord Terremoto sabía que Rosalinda venía a la ciudad, y por eso, fue necesario que enviar algunos monstruos para que estorbar en su progreso. Pero necesitaba que continuar.
Empezaba a llorar con más fuerza, y una gran tormenta soplaba muy cerca de Rosalinda. Ella necesitaba encontrar un refugio muy pronto. En la lejanía, podía ver un objeto pequeño del horizonte. Dentro de minutos, vino al Castillo de la Duda, y corrió por la puerta principal. Llamó.
“¿Quién es?” dijo el guardia.
“Soy Rosalinda. Necesito un refugio por la noche porque está lloviendo terriblemente. ¿Puedo entrar?”
El guardia bajó el puente levadizo y Rosalinda corrió adentro, contenta por estar fuera de la lluvia fría. Adentro del castillo estaba frío y húmedo. Podía oír el sonido distante del goteo que escápale por alguna parte. Los guardias le hicieron una seña de lejos encima de ella, abajo de una escalera de caracol.
“Ven aquí, querido, ponte cómoda. Tengo la comida y bebida para ti, y acabé de construir un fuego caliente en la chimenea.”
Rosalinda subió la escalera de caracol. A lo largo de la pared estaban las fotos de los hombres de la familia que poseían el Castillo. Cada retrato tenía el rostro de un hombre atractivo, cada uno más guapo que el otro. Las mandíbulas cuadradas y los músculos gigantes eran acentuados por la ropa fina con un recorte de oro. Aquí y allí había cuadrados que representaban las acciones heroicas: un hombre peleando con un oso grande, un capitán dirigiendo una batalla violenta, un capitán de marina al frente de un gran barco. En cada retrato el veinte parecía que ser barrer el pelo en los arcos dramáticos, como las sábanas de seco a través de las caras.
Cuando vino a lo alto de la escalera, Rosalinda sentía el frío que se marchó de la habitación, como un hechizo. Lentamente entró a la sala en la parte superior de la escalera, donde cautelosamente miró con esfuerzo al gran vestíbulo. Una voz al final del vestíbulo la llamó tranquilamente.
“Ven aquí, ven aquí. Pareces tan blanca y fría como una fantasma. Caliéntate al lado del fuego, y descansa al contento del corazón,” dijo una voz masculina detrás de una gran silla.
Cuando ella vino más cerca del hombre, podía mirar la cara. Se parecí a los hombres de los cuadros, pero fácilmente era el doble de guapo que los otros. La mandíbula era cincelada y fuerte, los hombros anchos y poderosos, y el pelo era tan fino como la ropa lujosa que llevaba. El pelo sopló en una brisa invisible. Rosalinda podía detectar un aroma de jazmín en el aire, que ha sustituido el olor a cerrado de abajo.
“Aquí está. Ten algún pato asado con vino,” dijo el hombre. “Es el más fino de la tierra, y tú eres tan preciosa como todo.”
Rosalinda estaba hecha un lío. Los rasgos del hombre guapo la hechizaron en un sueño encantado. No se podía controlar a si misma; sentía que una fuerza muy poderosa ha entrado en el cuerpo. Vio cómo el hombre se levantó de la silla, con el pelo largo y brillante.
Su voz la llamó otra vez: “Quédate aquí conmigo por toda la eternidad, y te daré todo lo que puedes querer. Nunca necesitas mover un dedo para ayudar, todos las necesidades serán realizadas.”
Las palabras del hombre guapo le cubrieron como una marea caliente. Podía sentirse que perdía el control completamente. El hechizo macho del hombre la consumiría muy pronto, el amor por el hombre afligido e inteligente de Rosalinda desaparecía de memoria, sustituido por el poder de la cara del guapo.
De repente, Rosalinda recordó a su amante inteligente. Podía mirar la cara amable, y la del guapo atrofiada y se volvió pálida.
“¡No!” gritó el guapo. “¿Qué poder es este? ¡Es muy fuerte!” Su control sobre Rosalinda comenzó bajar. Ella imaginó el pelo de su amante Roberto, y el pelo suave del guapo empezó a tener canas. Rosalinda recordó los brazos cariñosos del inteligente, y el cuerpo fuerte del hombre atractivo se redujo, y se agachó como un viejo. ¡Su poder estaba roto, y Rosalinda miró que a lo largo había estado Lord Terremoto!
Rosalinda corrió fuera de le torre, mientras Lord Terremoto gritaba, “¡Ganas este tiempo, pero todavía tengo su amado!” Su risa estruendosa resonó detrás de ella.
La lluvia había amainado, probablemente a una parte fue fruto del hechizo de Lord Terremoto, y Rosalinda cruzó la tierra por el Bosque del Peligro. Venía a la orilla del bosque, el cielo anocheció como los árboles bloquearon el sol con sus ramas. Pronto todo estaba completamente oscuro, y una niebla fría oscureció la visión de Rosalinda. Podía oír los gritos de las criaturas horrorosas en el oscuro por todas direcciones. Algo voló muy cerca de ella. Podía sentirse el aire rápido por delante de la cara. El corazón comenzó a golpear en el pecho como una taladradora. Rosalinda casi perdió su valor cuando, por último, ella vio una luz débil adelante. ¡Era el final del bosque horrible!
Corrió entre un campo, y a la distancia ella podía ver una casa pequeña, construida encima de una piedra grande, era la Casa del Interprete. En la casa vivía una gitana misteriosa, que era muy sabia. Rosalinda consultó con la gitana, quien le dijo que su viaje se había completado. Había afrontado muchos obstáculos: el Río de la Muerte, las Montañas del Error y de la Cautela, El Castillo de la Duda, y el Bosque del Peligro. Ella había demostrado ser fuerte y valiente. Ahora toda ella debía hacer frente a Lord Terremoto en la Ciudad de la Destrucción. La gitana le dio un amuleto mágico que le dijo protegería de la magia negra. Rosalinda dio las gracias a la gitana sabia y vieja, y marchó hacia la Ciudad de la Destrucción.
Cuando Rosalinda entraba las puertas a la ciudad, ella fue saludada por un regimiento grande de soldados de Lord Terremoto. Rosalinda luchó valientemente, columpiando la espada por todas partes. Muchos soldados cayeron por la mano de su hoja poderosa; ésos que no lo hicieron, huyeron con miedo. Lord Terremoto miró desde la cima de su torre y se volvió nervioso. Sus soldados habían sido derrotados, y ahora la ruta a su torre fue expuesta completamente. Rosalinda corrió a la torre, subió la escalera larga y entró en la cámara del Lord Terremoto. ¡Allí vio al Lord Terremoto con su amado Roberto, en cadenas!
“¡Podré derrotar a mis soldados, Rosalinda, pero derrotarme no será tan fácil!” incitó Lord Terremoto.
“No estoy atemorizada de ti. ¡Ven aquí y consígueme!” gritó Rosalinda.
Lucharon por muchas horas, ambos emparejaron igualmente en habilidad. Rosalinda se volvía débil, y Lord Terremoto pareció ser el vencedor. Entonces, Rosalinda recordó el amuleto que la gitana le había dado. Agarró el amuleto al seno y convocó toda su fuerza. El amuleto comenzó a resplandecer brillantemente, y Lord Terremoto chilló de horror.
“¿Qué es eso? ¡Mis poderes están desapareciendo! ¡No es posible!” gritó Lord Terremoto. El amuleto había desaguado toda de la energía oscura de Lord Terremoto, él se cayó de rodillas, y sollozó a los pies de Rosalinda, mendigándole que salvará su vida.
“Fuiste un hombre malvado, Lord Terremoto, y debo matarte donde estés. Sin embargo, ahora que usted ha sido desaguado de su poder, puedo ver que estaba hechizado. Si promete dedicar su vida a lo que es bueno, entonces yo le perdonaré,” dijo Rosalinda.
“¡Sí, sí, lo haré!” lloriqueó Lord Terremoto, él se arrastró lejos en retirada.
Por último, Rosalinda y su amado Roberto se reunieron. Vivieron por el resto de sus días en paz en la Ciudad Celestial. De vez en cuando, Lord Terremoto les hornearía panecillos y cuidaría a sus tres niños. Fueron felices y comieron perdices.

El fin.