Tuesday, December 15, 2009

Mi composición de "Las viudas de los jueves"

A la altura de la hipocresía: las perversiones social entre las vidas
de los priveligiados en Las viudas de los jueves

Por: Katelyn Coddaire

La novela de Claudia Piñeiro, Las viudas de los jueves (2005), cuenta la historia sobre los individuales de la clase alta de Altos de la Cascada, una comunidad con puertas que está en el país de Argentina. Sus vidas giran alrededor de juegos de tenis y golf, de cartas, las escuelas privadas, clases de arte, y fiestas de cena, que ocurren detrás de las vallas altas y están protegidos por guardas de seguridad. Más allá de su comunidad perfecta, la economía argentina está hundimiento muy rápido y la mayoría del población vive en condiciones de pobreza (http://www.lecturalia.com/libro/11825/las-viudas-de-los-jueves). Pero las vallas altas y la seguridad cara de Altos de La Cascada no pueden disuadir de los problemas sociales como el abuso de esposa, la infidelidad, el abuso de las drogas y alcohol, racismo y clasismo, discriminación religiosa, y dificultades financieras. Ellos que viven en La Cascada ponen las comodidades materiales antes de la justicia social y el beneficio personal antes de la moralidad. De las palabras que dicen a la ropa que llevan, los caracteres de Las viudas de los jueves son un ejemplo escandaloso de la hipocresía y perversiones sociales que existen entre el mundo “perfecto” de La Cascada.
Para entender la hipocresía que existe dentro de la comunidad, es importante darse cuenta de la realidad de la comunidad. Virginia, uno de los personajes más importantes, dice que “Altos de la Cascada es un gran familia con un gran jardín” y por eso, todos que viven entre la comunidad son amigos (Piñeiro 241). Según a los individuales que viven allí, La Cascada es un lugar ideal para vivir por causa de un gran número de ventajas que están ofrecidos. La comunidad es un tipo de country club que está equipado con el personel de seguridad y cámaras que regulan la tierra. Una valla muy grande rodea el área en todo, y necesita presentar una carta de identificación para pasar. “En un barrio no cerrado . . . temería ser asaltado. En La Cascada no, no sería posible . . . absolutamente tranquilo porque nada puede pasarle.” (Piñeiro 27). Una otra ventaja de la valla es que entorpece la contaminación visual de los slums, que también separa los ciudadanos de la realidad de pobreza. Los propietarios de vivienda tienen las sirvientas, jardineros, cocineros, e instructores para atender a todos los gustos. Por supuesto las mujeres tienen que llevar las modas las más modernosas y comprar los vinos los más caros. Aún están preocupadas con tomar el agua mineral porque “ las napas de la zona podían estar contaminados” (Piñeiro 76). Virginia admite que “La Cascada es un lugar aislado”, pero está seguro del peligro y el crimen que existen fuera de sus paredes (Piñeiro 120). En realidad, La Cascada los entorpece a los residentes de afrontar la realidad y los convierte en los mentirosos hipócrita quién no pueden hacer frente a los problemas de vida.
El abuso del esposo es el problema principal que existe entre a Gustavo y Carla, una pareja que viven en La Cascada. A la empieza, Carla estaba embarazada y se sentía que no pudo salir a su marido violento por causa del niño. Cuando Carla sale por el día para ir al centro con amigas o va para almuerzo, Gustavo está muy celoso y le llama a Carla ocho veces a través del día. Cuando ella vuelve a casa, “con el puño cerrado, le acertó [a Carla] un golpe en la mandíbula (Piñeiro 237). Este acción ocurre muchos veces, y eventualmente, Carla va a Virginia para pedir sobre un trabajo para salir a casa más. Le demuestra a Virginia el ojo negro que ha recibido de Gustavo: Virginia y otros son consciente de la situación. Todavía dicen a nadie de autoridad sobre el problema. Construyen las vallas grandes para proteger de la violencia y el crimen, y todavía existe dos portales de allí de sus casas, en el hogar de Carla y Gustavo.
Además del abuso física, hay el abuso emocional – o la infidelidad – también. Carmen Insúa lo experimenta cuando aprende que su esposo tiene otros relaciones con otra mujer. “Sintió el mismo vacío en el estómago que había sentido esa mañana cuando lo había descubierto” (Piñeiro 100). Eventualmente, empieza a tomar el alcohol muchísimo como consecuencia de su depresión, y los dos se separan. Los hombres de La Cascada creen que Alfredo hizo la cosa mejor cuando se le divorció a Carmen por causa de sus problemas alcohólicas. No saben la verdad, la historia real. Carmen se queda a casa en reclusión, y muchas de sus amigas no vienen a visitarle y ofrecerle la comodidad. Virginia dice que La Cascada es como una familia muy grande: dónde están las amigas de Carmen cuando les necesita? Éste es un otro ejemplo de la hipocresía que está encontrado entre La Cascada. Los ciudadanos están más preocupados con un adolescente que toma la cerveza que el abuso del esposo o la infidelidad.
Un problema social muy importante que está encontrado por todo de la novela es el abuso del alcohol. Carmen toma mucho por causa de sus problemas de matrimonio, como muchos otros adultos que viven entre La Cascada. Proveen el alcohol a los adolescentes porque pueden encontrarlo en sus casas. Por ejemplo, el adolescente Romina viene a casa una noche, sin camiseta, después de tomó mucha cerveza. Sus padres están enojados con su decisión, pero Romina dice que “sobre todo [el gin y vodka] el que esconde Ernesto en el dressoir del living”(Piñeiro 151). Su amigo Juani también toma mucha cerveza una otra noche, y decidió bajar los pantalones en frente de algunas chicas. El Comité de Disciplina les dijo a los padres de Juani que necesitan pagar una multa o Juani suspenderá. Al final, Juani está suspendido, pero otro chico no se mete en líos porque su padre es abogado. En La Cascada, si conoces las personas correctivas, puedes escapar las situaciones difíciles. Esta hipocresía es que los padres les enseñan a sus niños en esta comunidad.
El abuso de las drogas también es un problema en que crea las tensiones entre los padres y los adolescentes. Después de una fiesta de Navidad, el adulto Luisito mira al adolescente Matías fuera de su casa, y los dos comparten un porro mientras sus niños están durmiendo a casa. Juani también está capturado a fumar la marihuana de sus padres, quien están muy decepcionados. Juani les dice que “todos fuman” y “Tomar Trapax también es drogarse” a respuesta de las preguntas de sus padres. Se le convoca a su mamá de su abuso de drogas y ella está furiosa porque hay un double standard entre la casa. También, Carmen quiere prohibir la marihuana pero escucha que tiene “los mismos efectos que el vino, pero sino la resaca. Y ella estaba un poco preocupada con las resacas” (Piñeiro 133). Muchos de los padres entre La Cascada están en contra de el uso de drogas por adolescentes, pero no dan buen ejemplo a sus niños.
Cuando ellos que viven en La Cascada necesitan los sirvientes para ayudar cerca de la casa, una clase baja está introducido entre sus vidas, y con ellos vienen las ideas de clasismo y racismo. Sus jardineros, obreros, mucamas, y niñeras crean entre las vidas idealistas una distancia más larga entre ellos y la pobreza fuera de La Cascada. Virginia y sus amigas miran abajo de los sirvientes pero al mismo tiempo no pueden funcionar sin ellos. A una fiesta, una de las mujeres trata explicar porque no invitan a ellos de clase baja. “Es que es un bodrio invitar gente muy mezclada, unos andan por un lado, otros por otro, nadie se habla, y vos te terminás haciendo cargo, yendo de un rincón a otro y no disfrutás,” justificó Malena. (Piñeiro 54). Mucho de los ayudantes viven en Santa María de los Tigrecitos, una barriada satélite cerca de La Cascada. Las condiciones son peores, hay muchas casas, los robos todos de los días, y obviamente no tienen los lujos de los de La Cascada. Es interesante en que Virginia empieza su inmobiliaria allí, en los Tigrecitos, en el medio de una clase de personas que son diferentes de ella.
Hay otros ejemplos del racismo: cuando Mariana quiere que cambiar el color del pelo y la piel de su hija adoptiva así que no es muy obvio. O cuando los Urovich se mudan entre el barrio y en secreto no están bienvenido por causa del religión de judaísmo, y muchas de las familias dicen que son católicas. Pero todo está bien porque Virginia dice que “ser ese amigo judío que garantiza que no discriminamos” (Piñeiro 143). También, cuando Carmen está muy triste después del divorcio, su mucama Gabina gasta mucho tiempo con ella para ayudarle. Éste no está aceptado en La Cascada porque no puede ser amigo con una ayudante: rompe las reglas y los espacios de las sociedades (Arizaga 112). Eventualmente, Alfredo trata forzar a Gabina salir porque no está de acuerdo de la amistad entre los dos. Todos son ejemplos de las reglas estrictas entre la sociedad de las clases, el religión, y los raíces.
El problema social final que crea todo de la trama de la historia concierne las dificultades de financiera. Virginia dice, “Por el bolsillo pasan todas las miserias” (Piñeiro 66). Es decir todo de sus problemas son de dinero, cuando tienen montañas de dinero en sus cuentas. Con el crash económico de Argentina del año 2001, muchas personas eran desocupados y no pueden proveer para las familias (Haverland 156). En Las viudas de los jueves, tres de los padres eran desocupados: El Tono, Gustavo, y Martín. El Tono creyó que “toda era necesario” en la vida de su familia: las escuelas privadas, lecciones del arte y de tenis, una mucama, y no puede cortar las expensas. Desde él no tiene un trabajo, y no quiere obtener un otro de nivel menos, crea la idea que se suicida para obtener su póliza de vida en la compañía de Troost. Está cambiando la vida por el estilo lujoso para la familia. Los otros dos creen que es una buena idea y una noche se suicidan, en los ojos del público. El Tono dice, “Si no podéis vivir con dignidad, morí con dignidad” (Piñeiro 302). Y con la confesión de Ronie a las viudas, toda de la comunidad cree que los tres hombres son héroes porque han muertos por accidente. Sus vidas, y también sus muertes, son hipócrita porque la mayoría de la comunidad no sabe que ha ocurrido en realidad. El Tono, Martín, y Gustavo eran ladrones de los cuellos blancos porque han cometido un chanchullo del fraude de seguro por millones de dólares. Pero éste está soterrado porque se murieron una “muerte heroica” para salvar a sus familias del sufrimiento de vivir en la clase media.
Al final de la novela, finalmente el lector puede mirar un vistazo pequeño de la verdad emerge detrás de una cortina de hipocresía. Juani y Romina les demuestran a Virginia y Ronie un video de las muertes de los tres hombres, la verdad de como han suicidados. Los cuatro suben al coche y manejan a la entrada de La Cascada, preparando a salir la comunidad posiblemente en busca de realidad. Antes de salir, Virginia le pregunta a Ronie, “Te da miedo salir?” porque nunca han salido su zona de comodidad y familiaridad. Éste es una metáfora para aprender la verdad del mundo, lo que existe más allá de las puertas de seguridad, es como una manta está retirado a sus ojos. Aunque han afrontado los problemas sociales como el resto del mundo, su estilo de vida lujoso ha escondido la realidad en que están viviendo, y se hacen hipócrita en una sociedad llena de perversiones.


Fuentes


Alfaguara. “Las viudas de los jueves: Claudia Piñeiro”. Lecturalia: Red social de literatura, comunidad de lectores y comentarios de libros. 2007. 15 de diciembre del 2009. http://www.lecturalia.com/libro/11825/las-viudas-de-los-jueves.

Arizaga, María Cecilia. Murallas y barrios cerrados: La morfóligia espacial del ajuste en Buenos Aires. Aportes. Nueva Sociedad, 2002.

Cepal: Panorama social de América Latina 1998, Santiago, 1998.

Haverland, Jeanne B. Argentina: economic, political and social issues. New York: Nova Science Publishers, 2009.

Piñeiro, Claudia. Las viudas de los jueves. Buenos Aires: Arte Gráfico – AGEA, 2005.

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