Wednesday, April 28, 2010

Un viaje a Nicaragua: Marzo 2010

Un viaje a Nicaragua: Marzo, 2010

Cuando describe su famoso viaje por Iberoamérica, Ernesto Che Guevara escribió que “el hombre, medida de todas las cosas, habla aquí por mi boca y relata en mi lengua lo que mis ojos vieron” (Guevara 25). Siento que es mi trabajo, mi responsabilidad, compartir mis historias de viaje por el placer de escribir, justo como el Che había hecho, para que otros puedan leer mis cuentas y aprender acerca de cómo he cambiado como un individuo, en muchos sentidos. Mi primer viaje internacional me hizo volar a través del Océano Atlántico para perseguir a un chico inglés del que estuve enamorada a la edad de diecinueve años. Mi estancia en Londres por tres semanas no fue lo que había esperado; no fui lo que había esperado. Por el temor a un mundo desconocido con frecuencia me encontraba recluida en su casa, no dispuesta a salir y explorar la cultura inglesa. Volví a América, sabiendo que mi cautela me excedió, el cuidado me mató y la aventura me faltó. Mi segundo viaje a Europa resultó mucho más exitoso. Más aventurera que la última vez, yo había decidido seguir mi sueño de vivir en un país hispano por tres meses para mejorar mi fluidez. Escogí viajar a España el verano pasado por esa razón, y por el hecho que España y Estados Unidos comparten un estilo de vida semejante. No estaba mentalmente lista para vivir en un país sin las comodidades del primer mundo. Sobreviví mi prueba de tres meses, y marché con una sed insaciable de descubrir nuevas culturas y países. Mi cosmovisión se había expandido mucho, y me encontré bastante segura con mis capacidades de hablar y escribir en español. Gracias a los deberes en mi universidad, se me dio la oportunidad de completar un viaje al corazón de Iberoamérica. Junto con trece compañeros de clase, marchamos a Nicaragua, donde permanecimos durante una semana, aprendiendo de la cultura, acerca de los pueblos y tradiciones como ascender volcanes. Yo también descubrí un nuevo lado de mi misma durante esta aventura, que describiré más adelante. Las notas siguientes son entradas del diario de este viaje a Nicaragua, con las esperanzas para explicar no sólo lo que nuestro grupo hizo, sino cómo estas experiencias me afectaron psicológicamente y las lecciones generales que aprendí a través de estos viajes.

Viernes, 5 de marzo de 2010

Éste es el diario de mis aventuras internacionales. Y por eso, mi meta es escribir todo, o la mayoría, en español. No solo quiero describir nuestras experiencias o cosas que hicimos, quiero plasmar como las diferentes situaciones me han influido y cambiado mi manera de afrontar la vida. Quiero experimentar todo lo que Nicaragua puede ofrecer.
Hoy salí por el país de Nicaragua. Estaba muy nerviosa pero emocionada al mismo tiempo. Había oído que la sociedad de Nicaragua es un poquito pobre, y eso será un desafío grande para mí porque nunca he visitado un país pobre. No estoy acostumbrada a este tipo de vida; soy una turista estadounidense, con los pensamientos “europeos”, como los personajes del cuento “La Siberia”, escrito por Cristina Siscar. Habrá muchísimas diferencias entre los Estados Unidos y Nicaragua, estoy segura.
Nuestro vuelo no tuvo incidencias, todo marchó bien. Llegamos a las once de la noche, muy tarde, y estábamos cansados. Recuerdo bajarme del avión de noche y sentirme incomoda a causa del sofocante calor. Vestíamos pantalón vaquero. Al esperar en la cola de inspección para entrar el país, dos hombres de seguridad escogieron a Shari y Rochelle y comenzaron a hablar con ellos. Realmente hablaron tan solo con Rochelle e ignoraron completamente a Shari, la sentaron en una silla, como si no pudiera hablar ni pensar por si misma. Shari esperó sentada a que los guardias la atendieran. Esta fue una de nuestras primeras experiencias con las diferencias entre las normas sociales de Nicaragua y las de mi país. En los Estados Unidos, siento que nuestra cultura es más abierta y dada a ayudar al menos agraciado. Fue duro para mí ver como personas invalidas en Nicaragua sufren la falta de accesibilidad de caminos y pistas forestales. Este choque cultural tuvo un impacto inmenso en Shari, así como en nuestro grupo, y nos ayudó a apreciar los bienes que tenemos en casa.
Después de recoger nuestro equipaje y salir del aeropuerto en una camioneta hacia la capital de Managua, paramos de conseguir gasolina. Este momento fue mi primera toma de contacto, cuando dos culturas entran contacto una con la otra. Cuando llegamos a la gasolinera, había un niño pequeño que estaba muy cerca de las ventanas para vender cosas, como relojes. Puso sus artículos directamente sobre el vehículo, tratando de convencernos para comprarlos. Eran las once y media de la noche, y aquí estaba él veniendo. Me sentía confusa, angustiada, y culpable, todo al mismo tiempo. ¿Por qué no estaba este niño durmiendo en su casa? Entonces me di cuenta de que él probablemente no tenía una casa y mucho menos una cama para dormir hasta tarde. Este fue mi primer contacto con la población pobre de Nicaragua. Me rompió el corazón. Me sentía tan culpable por no haberle ayudado, por no haberle dado dinero para agua y alimentos. Cuando nuestro conductor Francisco regresó al autobús, ahuyentó al niño y nos obligó a cerrar las ventanas. Me sentía terrible, pero es lo normal aquí. Más tarde aprendí que los padres envían a los niños a las calles para vender cosas a los turistas en los semáforos. Qué triste. El tema de la pobreza tendría mucha influencia en mí a lo largo del viaje.
Después de llegar al hotel, teníamos mucha hambre, así que fuimos a un restaurante cubano cerca del Puerto Salvador Allende de Managua. ¡Qué rico! Qué diferente. Nunca olvidaré el corte delgado de la carne con la sal y el sabor de la planta de yuca. Estaba cerca del puerto y me sorprendió que hiciese un poco de frío. Cenamos con nuestro guía – Ernesto- su esposa y sus dos hijas, preciosas ellas, Leslie y Ishkra. A ellas les encantó hablar con nosotros y les sorprendió que no nos sintiésemos intimidados al hablar con ellas. La cena fue deliciosa, pero estábamos cansados y marchamos al Hotel Mansión Teodolinda para descansar.

Sábado, 6 de marzo de 2010

El día de hoy desayunamos a las ocho de la mañana porque asistimos a una clase de fotografía en el Instituto de Estudios Fotográficos de Nicaragua. La clase se impartió en la casa de Enrique y nos enseñó acerca de las técnicas de sacar las fotos. La teoría de la fotografía es interesante para mí porque en Grand Valley estoy asistiendo a una clase de percepción– de psicología. Ahora aprecio como a través de los ojos de pueden percibir los ambientes del mundo. A mi novio John le gustó la clase pero fue difícil para él porque no entiende la lengua. Todo está en español. Está tratando aprender más cada día. La clase fue interesante y aprendí mucho. Voy a sacar fotos más bonitas ahora.
Después de la clase, fuimos a un restaurante para reunirnos con una famosa poeta, Claribela Alegría. ¡Ella es muy interesante! Tiene muchos años, pero su espíritu y vitalidad son fenomenales. A ella le encanta cada día de la vida. Habló sobre los poemas, y su experiencia durante la dictadura nicaragüense en los años cincuenta y sesenta. Es vibrante y llena de vida. Este es uno de sus poemas que me encanta, se llama “Estás vivo”: Estás vivo en mi pecho / y solo yo te siento. / Eres el alquimista / que transforma en poesía / nuestro llanto (Alegría 27). Muchas de sus poesías ganaron en inspiración por causa de la muerte de su esposo. El libro de Claribela Alegría, Saudade, es una colección de esas poemas. El acto de escribir le ayuda hacer frente a su gran pérdida. Fue maravilloso poder sentarse con Claribela y discutir su biografía, así como compartir nuestras experiencias. Siento que he aprendido a disfrutar de los secretos de la vida gracias a esta mujer frágil pero vibrante. Ella me ha ayudado a disfrutar de cada momento de mi vida, incluso del amor que comparto con otros.
Después del almuerzo con Claribela, regresamos al hotel para descansar. Todos fueron a bañarse la piscina, pero John y yo dormimos por al menos cuatro horas bajo el aire acondicionado. Me sentía separada de las otras chicas; necesitaba unirme y ser un miembro más del grupo. Me sentía mal por John, pero la situación cambiaría a mejor con el tiempo. Por la noche, cenamos en un café pequeño que estaba escondido detrás de una verja con muchas flores – como un jardín secreto. Era muy bonito y tenía un patio para comer. Dentro exponían piezas de arte muy interesantes y tradicionales. Me habría gustado comprar una pero costaba veinte dólares y pesaba mucho, no podía llevármela de vuelta a casa.
El dinero nicaragüense, los córdobas, es muy extraño y no estoy acostumbrada al cambio de moneda. Veinte córdobas equivale a un dólar estadounidense. A veces es difícil pensar en córdobas. Fuimos al supermercado después de la cena, (el primero “recuerdo” de mi patria) y necesitábamos convertir todos los precios porque obviamente no estaban de dólares. Por ejemplo, un cepillo cuesta treinta córdobas, o un dólar y cincuenta centavos. Un litro de gasolina cuesta veinte córdobas, o un dólar. No es muy barato. En el súper compré zumo de naranja y muchas botellas de agua. Ansié por un poco de agua fría, con hielo, en un vaso muy grande con pequeñas gotas de transpiración en el exterior. No contábamos con una nevera en la habitación, y por eso, no teníamos agua fría. Cuando regresemos a Michigan, voy a tomar cinco vasos del agua más fría que encuentre, pensé. Soñaba con agua fría. Aquí hay batallas y discusiones en torno a el agua limpia que la gente no recibe, y yo sólo quería agua fría . . .

Domingo, 7 de marzo de 2010

El día de hoy me levanté con un fuerte dolor de estómago. No sé porque. ¡Marché con el grupo a visitar el volcán de la Reserva Natural del Volcán de Masaya! ¡Qué emocionante! “Es el primer y hasta la fecha el más grande parque nacional de este país. El complejo volcánico está compuesto de un nido de calderas y cráteres, siendo Las Sierras el más grande de ellos. Dentro de este último yace el volcán Masaya propiamente dicho. Este alberga la caldera Masaya, formada hace unos 2500 años por una erupción basáltica (http://es.wikipedia.org/wiki/Volcan_Masaya). También, dentro del parque hay un museo pequeño para aprender sobre los volcanes, animales, vegetación, y la fauna del área. Condujimos el autobús a la cumbre del volcán, y subimos las escaleras a la cima del Volcán Masaya. Durante el viaje, el volcán emitió gases de azufre y fue difícil el respirar. ¡Pero, la vista mereció la pena y ahora puedo decir que he subido a un volcán!
Después de las aventuras del volcán, condujimos a una ciudad cerca de allí para visitar el mercado de artesanía. Estaba muy emocionada porque cuando viví en España, no pude encontrar el arte auténtico del país. Aquí en Nicaragua, hay muchísimo: las maracas, las hamacas, los cuadros, las camisetas, todo lo que uno quiera. En el mercado hay muchas tienditas que están llenas de vibrantes colores. Compré un cuadro, algo de cerámica, y una hamaca para mi padre. A la entrada del mercado, había un grupo de músicos que se ofrecieron a tocar un poco música para nuestra grupo. Había dos hombres con guitarras y un hombre con la marimba, y toda la música la tocaron de memoria. Los sonidos fueron increíbles. Fue una experiencia muy cultural, muy nicaragüense, y a mi me encantó.
En el mercado había muchos diferentes tipos de alimentos. Nuestro grupo decidió almorzar allí, y nosotros ordenamos un plato que incluyó un tipo de carne cocinado lentamente con una ensalada de col y planta de yuca y una cerveza de la Toña para beber. Fue realmente delicioso, hasta que comencé a sentirme enferma por la ensalada de col. Yo no sé si fue el agua de lavar la ensalada o de la col, pero tuve un dolor realmente malo de estómago. El grupo fue a visitar una catedral cerca de la aldea de las Casas Blancas, yo me sentía tan terrible que tuve que coger un taxi con Daphne para volver al hotel. Me sentí como el Ché, cuando estuvo enfermo durante su viaje. Él dijo, “Para las gripes, cama” (Guevara 34). Yo no tengo recuerdos de esta aldea tan hermosa. Decidí permanecer en la cama el resto de la noche y ordené sopa del restaurante del hotel. ¡Nota hacia mi: nunca comas col otra vez!
Cuando John regresó al hotel, hablamos sobre nuestra experiencia hasta ahora. Comencé a darme cuenta de que estábamos aquí sólo como turistas, y por ello, estamos tan desconectados de los habitantes del país. Nosotros sólo los veíamos desde la seguridad de nuestras ventanas de la camioneta, dos mundos diferentes separados por un vidrio. Teníamos cuidado, y ellos miraban el autobús. El único contacto que tuvimos con los Nicaragüenses fue con los trabajadores del servicio, o el pobre que nos preguntaba por dinero y alimento. Me sentía realmente mal, pero hicimos lo que pudimos por ayudarles. Parece que Estados Unidos es la conciencia moral del mundo, constantemente implicado en asuntos humanitarios extranjeros. Estamos dispuestos a ayudar a los menos afortunados. Sin embargo, ésta metafórica separación impuesta por la ventana de vidrio nos impide de experimentar realmente Iberoamérica. Quizás en cierta manera es bueno. Siento cómo es difícil implicarse emocionalmente en tan sólo una semana y marchar rápidamente a la seguridad de casa. La idea de separación cultural es muy importante para mí y continuará a través del resto del viaje.

Lunes, 8 de marzo del año 2010

Por la mañana, me sentía bastante mejor para viajar otra vez con mis compañeros. Hoy es el día que visitamos la ciudad de Granada, se encuentra al sur de la capital Managua.
Granada es una ciudad de Nicaragua. Fue fundada en 1524 por Francisco Hernández de Córdoba y una de las primeras ciudades europeas en territorio continental americano. Granada es la Ciudad turística por excelencia de Nicaragua. Posee una arquitectura colonial y neoclásica exquisita y en bien conservada. Es uno de los sitios más visitados de America, por sus fiestas como la Hípica (http://www.manfut.org/granada/colonial.html).

Y por eso, fuimos a Granada para disfrutar de la catedral que está en el centro de la Plaza de la Independencia. Al lado había una foto de la catedral, con un antiguo edificio amarillo y blanco. Qué bonita era, con los brillantes colores. Frente a la catedral hay un parque donde exponen diferentes vendedores y artistas de artesanía local. Recuerdo que fuimos a un hotel muy grande porque necesitábamos usar el baño urgentemente. Nos sentamos en las escaleras de entrada para mirar a la gente nicaragüense. Rápidamente un hombre con las manos llenas de maracas se nos acercó y se ofreció a esculpir nuestros nombres en las maracas por cinco dólares. Tuvo mucho talento porque pudo esculpirlas en menos de diez segundos. Compramos cuatro pares de maracas; molestamos al resto del grupo al ritmo de las maracas durante todo lo que quedó de viaje.
A lo largo de nuestro paseo por la ciudad, un chico pobre nos siguió por todo el camino Le dimos algo de dinero, Oreos, y agua, pero tardó muchas horas hasta que el chico se marchó. Hay una foto del niño con Zulema en la calle. Me molestó un poco porque no pude disfrutar de las vistas de la ciudad. Más tarde decidimos hacer un picnic en el parque cerca de las Isletas de Granada del lago Cocibolca. Comimos sándwiches de jamón y queso con fruta y galletas. Un hombre pobre nos miró por algunos minutos, y le dimos dos sándwiches. John sacó una foto de él. Más tarde una sensación horrible me invadió, me sentí molesta. Me sentí muy territorial, pero muy mal al mismo tiempo. Hablé con Daphne sobre mis pensamientos para entenderlos mejor. Nunca antes había visitado un país pobre, todo fue una experiencia nueva para mí. Ella me dijo que es comprensible que me sintiese territorial. Tendré que aprender como afrontar estas situaciones y saber compartir con los que no tienen nada para comer. Pensé que no podemos dar comida a todo en Latinoamérica, pero al mismo tiempo, si tenemos extra, está bien. Este es otro ejemplo del choque cultural: la pobreza.
Por la tarde, fuimos a un tour por Las Isletas de Granada en barco y vimos alrededor de cuarenta islas. ¡Qué interesante fue nuestro safari fotográfico! Vimos muchas casas exuberantes de los que son ricos; hay algunas islas para alquilar o vender. Las Isletas son actualmente un refugio para muchas especies de pájaros exóticos de Nicaragua. Algunos monos vivían en una isla, y les dimos algunas galletas de crema de cacahuetes y queso. También, nos acercamos a una isla con árboles del mango, y Francisco y los otros guías cogieron mangos fresos para nosotros. Yo los pelé y los comí directamente del árbol. Recuerdo que el jugo corría través de la mano. Qué delicia.
El viaje en barco fue interesante porque pudimos estar separados de la sociedad pobre. Los pobres no pudieron molestarnos durante el tour de las islas. Estábamos separados y pudimos olvidarnos de aquellos que necesitan ayuda. Ahora cuando lo escribo, parece terrible, pero estos fueron mis pensamientos reales durante esta parte del viaje. Quizás fue mi punto de vista colonial que hizo tan difícil de entender esta pobreza esparcida. Me sentía un poco culpable porque pude disfrutar y olvidar la pobreza – las familias y los chicos que necesitan dinero. Cuando les dábamos algo para comer, no parecía ser suficiente. Era interesante. Decían que querían algo de comer, pero a la vez no aceptaban las galletas y el agua. Querían dinero. Además, me encantó el viaje por las islas. Después, regresamos al hotel para descansar. Adios, Granada.

Martes, 9 de marzo de 2010

El día de hoy visitamos la ciudad gemela de Granada: León, que está localizada al norte de Managua. Aquí esta la foto que sacamos a tres hombres que viajaban en una camioneta delante de nuestro camión durante el viaje. Quisimos plasmar en imagenes las personas que viajan a los lados de los vehículos, así que sacamos rápidamente nuestras cámaras para sacar una fotografía. Queríamos enseñar a nuestros amigos en EEUU que loca está la gente en Nicaragua y como viajan algunos en camión. Cuando comenzamos a sacar las fotografías, un hombre sacó su teléfono celular y tomó una imagen de nosotros. ¡Reímos tan fuerte! Estas personas no son tan primitivas como pensábamos. Una vez más nosotros experimentamos un choque de dos culturas diferentes.
León es muy interesante.
El departamento de León se caracteriza por tener paisajes espectaculares, hermosas playas, bellos volcanes y un sin número de destinos atractivos poco explorados. En este departamento se ubican cuatro volcanes de la Cordillera de Los Maribios y además se encuentran bellas playas, pueblos históricos y sobre todo iglesias de hermosa arquitectura. De esta tierra han surgido importantes personajes como el Príncipe de las Letras Castellanas Rubén Darío, además de poetas como Salomón de la Selva, Alfonso Cortez y Azarías H. Pallais; el rey del vals José de la Cruz Mena, Pedro Argüello Argüello, entre otros ilustres personajes, tanto de la independencia nacional como de la vida intelectual del país (http://es.wikipedia.org/wiki/León_(Nicaragua)).

Llegamos a la ciudad y primero, disfrutamos de un tour con el guía Alfredo en el Mausoleo de los Héroes y Mártires. ¡Impresionante! Muestra muchos de los héroes de las guerras de Nicaragua y cuenta la historia de Nicaragua como una nación. Para visitar la casa de Rubén Darío necesitamos esperar una media hora porque no estaba todavía abierta. Cuando la visitamos, fue muy extraño estar en la casa de un poeta famoso. Fue un poco surrealista. Pero, a mi me encantó, especialmente las piezas de arte y las copias auténticas de sus trabajos. Regresamos al centro y visitamos la Bascilica Catedral de la Asunción. Reconocí la arquitectura barroca de la catedral. “La Bascilica Catedral de la Asunción es una típica construcción barroca colonial que fue construida entre 1747 y 1814, las torres son de estilo neoclásico. Debido a robustez de sus muros ha soportado temblores, erupciones volcánicas del volcán Cerro Negro y guerras” (http://es.wikipedia.org/wiki/León_(Nicaragua)). Dentro de la catedral todo era muy intrincado y tenía muchos detalles. Estábamos en paz y pudimos descansar allí.
Pero escuchamos mucho ruido afuera de la iglesia. ¡Había una banda de los músicos y las bailadoras sexys! Hay una foto de ellas al lado. Vestían con muchos y vivos colores y eran cuatro las mujeres frente a la banda musical. No sabía si se trataba de un festival especial. ¡Qué cultura! Me encanta la energía vibrante de la cultura Nicaragüense. La gente es tan viva. Disfrutan la vida más pausadamente que los estadounidenses. Al principio, estaba muy preocupada con nuestras citas o el horario del itinerario. Me molestaba mucho cuando salíamos más de media hora después de la hora prevista. Pero ahora, estoy más acostumbrada al modo de vida: lento, sin estrés, toman siestas, y todos están felices.
Cuando conducíamos por la ciudad de León, vimos en una pared un graffiti que decía: “Bush genocida: el enemigo de la humanidad. ¡Muerte al invasor imperial!” Creo que es interesante que la gente pueda expresar sus pensamientos sin el ,miedo a ser “correcto políticamente” o de ofender a diferentes personas. Se puede decir lo que uno quiera decir. Un cartel publicitario en Managua también mostraba las fotos de dos políticos populares y preguntaba si la gente quiere votar a los ladrones. Ah, Latinoamérica. A veces, espero que los estadounidenses hablasen más alto acerca de cómo ellos se sienten con ciertas situaciones.
Finalmente, después de los bailes sexys, fuimos a cenar en un pueblo pequeño de pescadores cerca de León. Recuerdo los barcos muy cerca de la costa por falta del agua, o la marea alta. Todo fue tan tranquilo. Pude relajarme y disfrutar de la vida sin el estrés de nuestras ocupadas vidas en los Estados Unidos. Cenamos pescado fresco, todas las partes del cuerpo del pescado, y miramos el atardecer. Regresamos al hotel y descansamos toda la noche. Fue un día muy ocupado, llenó de nuevas experiencias.

Miércoles, 10 de marzo de 2010

Éste es el día que fuimos al paraíso que se llama el Hotel Barceló Montelimar, un centro turístico. Permanecimos allí durante dos días, disfrutando del sol. Estas eran las vacaciones que había esperado tener. Descansamos alrededor de la piscina todo el día, tratando de conseguir un bronceado decente para cuando volviésemos a casa. Las vistas del océano Pacífico fueron hermosas; era la primera vez que veía el Océano Pacífico. Dormíamos en cabañas de dos personas cerca del agua. Fue agradable. A la noche, fui con Shari y Daphne a que nos hiciesen la manicura y pedicura, que experiencia más divertida. ¡Hablamos con las mujeres nicaragüenses; pensaron que era Nicaragüense y todo! Ellas nos dijeron que a eso de primera hora de la mañana, abajo en la costa, hay un pequeño mercado de artesanos. Decidimos ir a la mañana siguiente. El restaurante en el complejo era todo incluido, y al comer me sentía culpable por tantos platos de comida, siendo consciente de las vastas cantidades de pobreza en Managua. Esa noche, nosotros decidimos ir al casino y jugar. ¡Recuerdo que Chad ganó el concurso de Señor a Barceló! La vida nocturna fue agradable.

Jueves, 11 de marzo de 2010

Por la mañana, Pierce, Daphne, John y yo decidimos pasar por el pequeño mercado de artesanía. Cuando llegamos, vimos que eran cinco o seis puestos unos junto a otros, y fuimos los únicos turistas que querían comprar cosas. Anduve de puesto en puesto, mirando cosas diferentes para comprar. Muchas de las señoras nos bombardearon para comprar sus objetos, era difícil pues todas vendían las mismas cosas. Entonces acabamos no comprando nada, y marchando rápidamente. Me sentía tan incómoda y extraña. La caminata de vuelta al hotel fue agradable como comenzaba a hacer mucho calor; se agradecía el agua fresca del mar cubriéndonos los pies.
Una vez más, empezamos el ritual diario de tomar el sol a la orilla de la piscina, compartiendo loción solar y aprovechándonos de las bebidas con todo incluido. Me despreocupé. Muchas de las otras estudiantes fueron a jugar agua voleibol, que entretenía tan solo el mirar. ¡Pobre Shari, ella realmente se quemó al sol! Demasiado corto fue el tiempo que pasamos en el complejo y llegó la hora de regresar a nuestro hotel de Managua ¡Adiós, Montelimar! Nuestra estancia en el Hotel Barceló Montelimar fue maravillosa, pero al mismo tiempo, pareció demasiado irreal. Sentía inquietud el saber cuántas pobreza había en Nicaragua, y yo disfrutaba de un complejo de cuatro estrellas. El Barceló Montelimar tiene una pista de aterrizaje privada para los aviones de huéspedes que quieren volar directamente a el complejo, sin viajes por la capital. De esta manera ellos no tienen que conducir a través de la capital de Managua, ellos tienen simplemente el lujo de llegar cuando quieren. Ellos nunca ven a los niños que tratan de vender relojes en las calles. El complejo es como un escape lejos de realidad: cuando estuvimos allí no tuvimos que ver las caras de los pobres, nosotros tan sólo nos preocupábamos de que era lo próximo que queríamos pedir para beber. Por lo tanto, Montelimar es una representación falsa de la Nicaragua verdadera: la pobreza, las condiciones sociales, el tratamiento injusto, la necesidad de alimento y la dificultad del acceso al agua limpia no existen aquí. Yo casi di un suspiro de alivio como dejamos el complejo, sabiendo que ésta no es la verdadera Nicaragua.
Más tarde por la noche, si bien recuerdo, fuimos a una galería de arte en la parte más rica del pueblo para ver una exposición de arte. Sentía que en Nicaragua faltaba la clase media. La pobreza era abundante, y el ir a esta exposición de arte nos permitió a mezclarnos con la clase alta de la sociedad. ¿Dónde está la clase media? Esta es otra gran comparación entre los Estados Unidos y Nicaragua: los sistemas de clases sociales. De todos modos, fue interesante ver como la artista había pintado y había fotografiado a la misma mujer con gafas de sol, desnuda, jugando con su perro negro. Hay una imagen de la artista con la modelo al lado. Adoré el feminismo que sentí al observar su trabajo artístico. Todas sus pinturas expresaron mujeres fuertes, la desnuda, haciendo cosas diferentes. Fue poderoso. John y yo compramos una pieza de cerámica de un estudiante de bellas artes. Nos sentimos tan participantes de la “clase alta”, como si fuésemos parte de la sociedad más influyente al beber champán y analizar el arte. Fue una noche maravillosa.

Viernes, 12 de marzo de 2010

Hoy decidimos relajarnos y disfrutar de la piscina ya que nosotros todavía disfrutábamos de nuestro “Spring Break”. Fue divertido hablar con las otras chicas y discutir cómo el viaje transcurría. Durante la mañana, asistimos a una clase de cocina, en un Instituto de Managua. Hacía mucho calor en la cocina, con las estufas grandes, pero la clase fue muy divertida. Aprendimos como preparar un lomo de bistec con verduras salteadas y patatas. ¡Ahora puedo hacer un chimichurri delicioso! Me encantó la clase de cocina.
Más tarde, nos arreglamos para ir a una cena a el Casa de Los Mejía Godoy, un restaurante donde la famosa banda nicaragüense, Carlos Mejía Godoy (y otros), tocaba esa noche. Tocan música folklórica diferente, suena como a polca, también hacen una representación cómica al mismo tiempo. Yo realmente no podría comprender mucho de lo que decían, pero fue divertido observar las expresiones de Zulema y Daphne desde el otro lado de la mesa. Ellas parecía que lloraban de reírse tan fuertemente. Al final, le dije a Zulema que yo no podía comprender la exposición de comedia. Ella me dijo que "a veces usted debe comprender no con su cabeza, pero con el corazón". Aprecié su seriedad. En términos generales, la atmósfera de la exposición asombraba, y realmente disfruté de la música. Después de la exposición, volvimos al hotel a descansar para poder disfrutar de nuestro último día en Nicaragua.

Sábado, 13 de marzo de 2010

En nuestro último día en Nicaragua, decidimos visitar un mercado local que vendía artesanía de diferentes tipos. Podría pasar horas tratando de decidir lo que comprar. Es un desafío el regatear precios con los vendedores. Uno no puede encontrar mercados como estos en ningún otro país del mundo. Adoro las pinturas de aldeas nicaragüenses llenas de color, siempre con un volcán al fondo. Tengo una en mi apartamento en este momento. Cuando volví al hotel, ordené todo con cuidado y coloqué toda la artesanía entre la ropa de mi maleta para que así no se rompiese. Esa noche, nos mantuvimos despiertos un buen rato ya que nuestro vuelo salía a las seis a la mañana siguiente. Fue un adiós triste, haciendo nuestras maletas en el autobús.
Añoraré Nicaragua: las personas, la tierra, el trabajo artístico, la autenticidad de todo. Mi viaje a Nicaragua ha cambiado mi forma de ver la vida. Me ha hecho apreciar lo que tengo en casa, mi familia, y mis amigos. He llegado a ser más fuerte, más dispuesta a cambiar el mundo alrededor de mí. Fui, en términos generales, una turista durante los nueve días que visitamos Nicaragua. Michel Butor define este tipo de viaje como el “business, or vacation: a linear trip in which time opens up . . . it’s to the beach . . . Leave your worries, escape! . . . In the vacation, travel can become theater. We mimic another trip . . . Bathing ourselves in original wandering, we exorcise the terror of exodus” (Butor 75-76). Visité Nicaragua con la intencione de volver finalmente a casa, a algún lugar seguro y familiar. Pero en el proceso de viaje, he cambiado mental y emocionalmente. Tengo una apreciación más profunda hacia las personas de este mundo que nos rodea. Mis escrituras me han ayudado a transmitir estas emociones. Como el autor Michel Butor escribió una vez, “To travel is to write and to write is to travel” (Butor 69).


--Katelyn Coddaire


Bibliografía

Alegría, Claribel. Saudade. Visor Libros: Madrid, España, 1999.
Butor, Michel. “Travel and Writing”. Defining Travel: Diverse Visions. Ed. Susan L. Roberson. Jackson: University Press of Mississippi, 2001: 69-85.
“Granada, Nicaragua”. http://www.manfut.org/granada/colonial.html. 24 de abril del 2010.
Guevara, Ernesto “Che”. Diarios de motocicleta: Notas de viaje por América Latina. Ocean Sur: Cuauhtémoc, CP, México, D.F., 2004.
“León, Nicaragua”. http://es.wikipedia.org/wiki/León_(Nicaragua). 24 de abril del 2010.
Siscar, Cristina. La Siberia. Buenos Aires: Mondari, 2003.
“Volcán Masaya”. http://es.wikipedia.org/wiki/Volcan_Masaya. 24 de abril del 2010.

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