Tuesday, April 27, 2010

Una ventana entre las tierras inexploradas: Los trabajos de Eduarda Mansilla y Florence Dixie

En su libro Mujeres en Viaje, la autora Mónica Szurmuk ha compuesto una colección de varias escrituras del viaje por mujeres famosas de todas a partes del mundo. Escribe que “viñetas de pasados que fueron o pudieron ser, sus textos son ricos entretejidos de experiencias reales y soñadas, de posibilidades multiplicadas en la incertidumbre del pasado, de voces que se dejaron de oír” (Szurmuk 12). Incluyó en este libro son dos diarios de Eduarda Mansilla, que viajó a los Estados Unidos para investigar los sistemas del gobierno y la política, y de Florence Dixie, que aprovechó la oportunidad de viajar a Patagonia de encontrar la aventura y una gran emoción. Se puede comparar los trabajos de las dos autoras por la comparación de sus origenes personales y los objetivos del viaje, y la mirada colonial que cada autora tiene. Es importante entender el origen de la autora y las razones del viaje para comprender la mirada colonial, que es un resultado de este origen. Por los dos puntos, nosotros como lectores podemos entender mejor los viajes de las autores y podemos comprender mejor la psicología detrás de los pensamientos y las acciones.
Para entender cómo se adoptan los crecimientos y actitudes de una persona, es importante aprender sobre el origen de la persona. Florence Dixie nació en Londres en una familia de nobleza. Aunque su familia fue bien educada, ella no recibió una educación formal a causa de los viajes constantes entre Europa. Su pasión por las tierras exóticas creció con el tiempo, y eventualmente ella decidió viajar a Patagonia, para la consternación de sus amigos. Su libro, A través de Patagonia, cuenta sobre sus primeras experiencias al viajar a un país salvaje para extinguir la sed de aventura. “Precisamente elegía la Patagonia porque era un lugar extraño y lejano. . . la insatisfacción que a veces se siente cuando ya no hay sorpresa ni entusiasmo [en Londres] . . .” (Dixie 115). Al principio de sus aventuras, parece muy indiferente a la vida de los indígenas. Pero, con tiempo y con más viajes a otros lugares como África, ella gana un espíritu apasionado para ayudar a la gente y extender la conciencia de sus situaciones. Por eso, ella es feminista porque va a otros países para trabajar con la gente y crear algún cambio en el mundo: por ejemplo, entre sistemas del gobierno o con las condiciones malas de vida de los indígenas. Dixie usa el medio de escritura como una herramienta de extender la conciencia de estas situaciones globales. “Toda su obra está embebida del feminismo de la época: fue una tenaz luchadora por la inclusión de las mujeres en la vida pública . . . defendió la igualdad ante la ley y el control de la población” (Szurmuk 114). Por Dixie, sus escrituras del viaje son un modo de informar a las masas de lo que está ocurriendo en partes remotas del mundo.
Eduarda Mansilla cuenta una historia diferente. Nació en Buenos Aires de una familia aristocrática; su tío fue Juan Manuel de Rosas (Szurmuk 85). Mansilla fue criado entre una estilo de vida muy privilegiado por recibir una educación europea donde ella asistió a las clases sobre las lenguas extrañas y la política. Esto creó una percepción muy específica del mundo para ella: Mansilla fue enseñado que los europeos son más dignificados y cultos que los otros del mundo, lo que creó un aire de superioridad sobre todo. Cuando le comparamos a Dixie, esta mirada colonial que Mansilla tiene demuestra su importancia.
La historia de Mansilla cuenta sobre su viaje con su esposo a los Estados Unidos para estudiar y crear un reportaje sobre los sistemas del gobierno americano, cómo funciona, y cómo sirve a los cuidados de ese país. Ella estaba muy interesada en estudiar los códigos sociales de las clases más altas: por ejemplo, la educación, los modos de vestir, cómo se habla, y los buenos modales de las mujeres y los hombres. Ha sido dicho que las escrituras de Mansilla preparan el camino para las otras escrituras y que ella se arriesga peligrosamente por lo que ella hace. Creo que Mansilla puede caracterizarse más como una femenina que una feminista. A diferencia de Dixie, ella no hace nada extravagante para crear el cambio del mundo; meramente escribe sobre los viajes. Al final del viaje, Mansilla puede regresar a una vida lujosa y se hace una “social exploratress” (Pratt 168). “The social exploratresses melds politics and the personal. . . the exploratresses emplot quests for self-realization and fantasies of social harmony”, pero no están dispuesto a tomar una estancia activamente y crear el cambio, más como las feministas.
(Pratt 168).
Es interesante comparar Mansilla y Dixie por sus objetivos del viaje aunque sean completamente distintos. Dixie quería obtener una sed de la aventura para viajar a la Patagonia y encontrar a los indígenas, y por otro lado, Mansilla decidió viajar a los Estados Unidos para mezclarse con la clase alta de políticos. Parece que Dixie experimenta la vida real con mucha fuerza cuando Mansilla se queda en su zona de comodidad, resguardado seguramente por sus modos y opiniones. Por eso, Mansilla no está expuesta a la verdad que reside el mundo que la rodea. Está en favor del comercio de los esclavos en los Estados Unidos, pero nunca visita una subasta de esclavos o una plantación para ver cómo son las condiciones de vida. Dixie, sin embargo, se encuentra muy cercana a las condiciones de vida de los indígenas de África y decide actuar. Estos dos modos diferentes de ver el mundo son importantes así que ocasionan las acciones de cada mujer, o cómo ella actúa en cada situación.
La idea de la mirada colonial es importantísima porque influye en los pensamientos y opiniones de las dos autoras de modos diferentes. En el caso de Dixie, sus amigos británicos no pudieron entender por qué ella viajaría a una tierra exótica y lejos para el placer. Fue completamente irracional. “¡Patagonia! . . . Por qué? ¡Te comerán los caníbales!” (Dixie 115). Va en contra de sus deseos, pero aún mantiene un punto de vista europeo, o una mirada colonial. “Yo podría penetrar en terrenos vírgenes de presencia humana” (Dixie 116). Durante la escritura, Dixie empieza deshumanizar a los indígenas y los convierte en el “Otro” por constantemente escribir con un tono condescendiente. También, describe a los indígenas como “tribus salvajes” y “animales detestables” (Dixie 115). Otro ejemplo es cuando explica los intercambios de lengua entre los indígenas. Dice, “Después de examinarnos y de intercambiar con Gregorio una serie de gruñidos guturales . . .” (Dixie 117). Desgraciadamente, Dixie está ciega por esta mirada colonial, que ella está mejor que las otras personas indígenas porque es blanca. Durante un rato, no se puede aceptar la realidad alrededor de ella, y también la verdad de la situación: que estas personas son individuos como ella y su compañía. No son animales o salvajes. Su estrechez de miras la ciega de esta realización, la lleva a pensar más y más como sus amigos europeos. Sin embargo, cuando ella está con ellos, Dixie aprende a respetar los indígenas por quiénes son, y para ganar una apreciación profunda de la cultura y modos de vida.
En toda su escritura, la ideología de Mansilla “está plagada de contradicciones internas”, que crean una mirada colonial muy interesante (Szurmuk 86). Por ejemplo, ella está de acuerdo con el sistema de esclavitud de los Estados Unidos, pero al mismo tiempo defiende los indígenas Sioux (Szurmuk 86). Parece que no solamente tiene una mirada colonial, pero una “mirada argentina” porque ella es crítica con los estadounidenses y sus sistemas del gobierno. Mansilla pertenece a una familia aristocrática, de la clase más alta, y por eso no está muy ocupada con la gente baja pero la gente más rica. Escribe sobre las maneras de vestir, el idioma inglés, el patriotismo de la gente, y las maneras de los hombres y las mujeres. Esta mirada colonial la protege de ver la verdad real con la esclavitud y el maltrato de los indígenas de los Estados Unidos. Parece que, con esta mirada, no puede experimentar los Estados reales. Mansilla está cómoda con sus maneras correctas y su estilo de vida muy protegido. Por otro lado, Dixie casi se acriolla de un modo, muchísimo más que Mansilla. Ella es una con la gente, mientras que Mansilla crea una distancia saludable entre ella y los de la clase baja. Las miradas coloniales influyen muchísimo en cómo las escritoras escriben y cómo comparten los cuentos con el mundo, así cómo experimentan el mundo personalmente.
Ambas Mansilla y Dixie han creado las escrituras del viaje que cautivan a los que las leen por causa de buscar más profundo entre los seres y poner sus percepciones en la escritura. “En sus descripciones del mundo y las sociedades que les eran ajenas, estas mujeres intentaron comprender mejor la época que les tocó vivir” (Szurmuk 12). No solamente cuentan una historia, comparten un trozo de la experiencia de la vida real con los lectores en todos partes. “Hay en todos los viajeros un común denominador: la mirada curiosa y desconcertada que intenta comprender desde los paradigmas de su propia cultura y traducir a su lenguaje todo aquello que ve” (Szurmuk 9). A causa de Mansilla y Dixie han producido esta literatura del viaje, como lectores podemos explorar estas tierras con un giro de la página. También, podemos entender el mundo alrededor de nosotros mejor por las literaturas de estas grandes escritoras de viaje.






Bibliografía
Dixie, Florence. “Una Lady en la Patagonia” en Mujeres en viaje. Szurmuk, Mónica (ed.) Buenos Aires: Alfaguara, 2000. pp. 113 – 125.
Mansilla, Eduarda. “El viaje diplomático de una sobrina de Rosas” en Mujeres en viaje. Szurmuk, Mónica (ed.) Buenos Aires: Alfaguara, 2000. pp. 85 – 109.
Pratt, Mary Louise. “Reinventing America II: The Capitalist Vanguard and the Exploraties Sociales (Chapter 7)” en Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation. New York, NY: Routledge Publications, 1992. pp. 144-171.
Szurmuk, Mónica. Mujeres en viaje. Buenos Aires: Algafuara, 2000. Prólogo.

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