Tuesday, April 27, 2010

Un viaje peligroso por el amor verdadero

Ella ha estado viajando por muchos días. Fría, cansada, con hambre, Rosalinda se desanimaba. De la Ciudad Celestial, a través del Río de la Muerte, y entre las Montañas del Error y de la Cautela, ella necesitaba viajar por todo del camino a la Ciudad de Destrucción para salvar a su príncipe valiente, Roberto. Parecía una hazaña imposible. Lord Terremoto lo ha capturado de Rosalinda por su inteligencia. A él era una persona inteligente que se llevó las gafas. Pero a ella le encanta con todo del corazón. De todos modos, Lord Terremoto sabía que Rosalinda venía a la ciudad, y por eso, fue necesario que enviar algunos monstruos para que estorbar en su progreso. Pero necesitaba que continuar.
Empezaba a llorar con más fuerza, y una gran tormenta soplaba muy cerca de Rosalinda. Ella necesitaba encontrar un refugio muy pronto. En la lejanía, podía ver un objeto pequeño del horizonte. Dentro de minutos, vino al Castillo de la Duda, y corrió por la puerta principal. Llamó.
“¿Quién es?” dijo el guardia.
“Soy Rosalinda. Necesito un refugio por la noche porque está lloviendo terriblemente. ¿Puedo entrar?”
El guardia bajó el puente levadizo y Rosalinda corrió adentro, contenta por estar fuera de la lluvia fría. Adentro del castillo estaba frío y húmedo. Podía oír el sonido distante del goteo que escápale por alguna parte. Los guardias le hicieron una seña de lejos encima de ella, abajo de una escalera de caracol.
“Ven aquí, querido, ponte cómoda. Tengo la comida y bebida para ti, y acabé de construir un fuego caliente en la chimenea.”
Rosalinda subió la escalera de caracol. A lo largo de la pared estaban las fotos de los hombres de la familia que poseían el Castillo. Cada retrato tenía el rostro de un hombre atractivo, cada uno más guapo que el otro. Las mandíbulas cuadradas y los músculos gigantes eran acentuados por la ropa fina con un recorte de oro. Aquí y allí había cuadrados que representaban las acciones heroicas: un hombre peleando con un oso grande, un capitán dirigiendo una batalla violenta, un capitán de marina al frente de un gran barco. En cada retrato el veinte parecía que ser barrer el pelo en los arcos dramáticos, como las sábanas de seco a través de las caras.
Cuando vino a lo alto de la escalera, Rosalinda sentía el frío que se marchó de la habitación, como un hechizo. Lentamente entró a la sala en la parte superior de la escalera, donde cautelosamente miró con esfuerzo al gran vestíbulo. Una voz al final del vestíbulo la llamó tranquilamente.
“Ven aquí, ven aquí. Pareces tan blanca y fría como una fantasma. Caliéntate al lado del fuego, y descansa al contento del corazón,” dijo una voz masculina detrás de una gran silla.
Cuando ella vino más cerca del hombre, podía mirar la cara. Se parecí a los hombres de los cuadros, pero fácilmente era el doble de guapo que los otros. La mandíbula era cincelada y fuerte, los hombros anchos y poderosos, y el pelo era tan fino como la ropa lujosa que llevaba. El pelo sopló en una brisa invisible. Rosalinda podía detectar un aroma de jazmín en el aire, que ha sustituido el olor a cerrado de abajo.
“Aquí está. Ten algún pato asado con vino,” dijo el hombre. “Es el más fino de la tierra, y tú eres tan preciosa como todo.”
Rosalinda estaba hecha un lío. Los rasgos del hombre guapo la hechizaron en un sueño encantado. No se podía controlar a si misma; sentía que una fuerza muy poderosa ha entrado en el cuerpo. Vio cómo el hombre se levantó de la silla, con el pelo largo y brillante.
Su voz la llamó otra vez: “Quédate aquí conmigo por toda la eternidad, y te daré todo lo que puedes querer. Nunca necesitas mover un dedo para ayudar, todos las necesidades serán realizadas.”
Las palabras del hombre guapo le cubrieron como una marea caliente. Podía sentirse que perdía el control completamente. El hechizo macho del hombre la consumiría muy pronto, el amor por el hombre afligido e inteligente de Rosalinda desaparecía de memoria, sustituido por el poder de la cara del guapo.
De repente, Rosalinda recordó a su amante inteligente. Podía mirar la cara amable, y la del guapo atrofiada y se volvió pálida.
“¡No!” gritó el guapo. “¿Qué poder es este? ¡Es muy fuerte!” Su control sobre Rosalinda comenzó bajar. Ella imaginó el pelo de su amante Roberto, y el pelo suave del guapo empezó a tener canas. Rosalinda recordó los brazos cariñosos del inteligente, y el cuerpo fuerte del hombre atractivo se redujo, y se agachó como un viejo. ¡Su poder estaba roto, y Rosalinda miró que a lo largo había estado Lord Terremoto!
Rosalinda corrió fuera de le torre, mientras Lord Terremoto gritaba, “¡Ganas este tiempo, pero todavía tengo su amado!” Su risa estruendosa resonó detrás de ella.
La lluvia había amainado, probablemente a una parte fue fruto del hechizo de Lord Terremoto, y Rosalinda cruzó la tierra por el Bosque del Peligro. Venía a la orilla del bosque, el cielo anocheció como los árboles bloquearon el sol con sus ramas. Pronto todo estaba completamente oscuro, y una niebla fría oscureció la visión de Rosalinda. Podía oír los gritos de las criaturas horrorosas en el oscuro por todas direcciones. Algo voló muy cerca de ella. Podía sentirse el aire rápido por delante de la cara. El corazón comenzó a golpear en el pecho como una taladradora. Rosalinda casi perdió su valor cuando, por último, ella vio una luz débil adelante. ¡Era el final del bosque horrible!
Corrió entre un campo, y a la distancia ella podía ver una casa pequeña, construida encima de una piedra grande, era la Casa del Interprete. En la casa vivía una gitana misteriosa, que era muy sabia. Rosalinda consultó con la gitana, quien le dijo que su viaje se había completado. Había afrontado muchos obstáculos: el Río de la Muerte, las Montañas del Error y de la Cautela, El Castillo de la Duda, y el Bosque del Peligro. Ella había demostrado ser fuerte y valiente. Ahora toda ella debía hacer frente a Lord Terremoto en la Ciudad de la Destrucción. La gitana le dio un amuleto mágico que le dijo protegería de la magia negra. Rosalinda dio las gracias a la gitana sabia y vieja, y marchó hacia la Ciudad de la Destrucción.
Cuando Rosalinda entraba las puertas a la ciudad, ella fue saludada por un regimiento grande de soldados de Lord Terremoto. Rosalinda luchó valientemente, columpiando la espada por todas partes. Muchos soldados cayeron por la mano de su hoja poderosa; ésos que no lo hicieron, huyeron con miedo. Lord Terremoto miró desde la cima de su torre y se volvió nervioso. Sus soldados habían sido derrotados, y ahora la ruta a su torre fue expuesta completamente. Rosalinda corrió a la torre, subió la escalera larga y entró en la cámara del Lord Terremoto. ¡Allí vio al Lord Terremoto con su amado Roberto, en cadenas!
“¡Podré derrotar a mis soldados, Rosalinda, pero derrotarme no será tan fácil!” incitó Lord Terremoto.
“No estoy atemorizada de ti. ¡Ven aquí y consígueme!” gritó Rosalinda.
Lucharon por muchas horas, ambos emparejaron igualmente en habilidad. Rosalinda se volvía débil, y Lord Terremoto pareció ser el vencedor. Entonces, Rosalinda recordó el amuleto que la gitana le había dado. Agarró el amuleto al seno y convocó toda su fuerza. El amuleto comenzó a resplandecer brillantemente, y Lord Terremoto chilló de horror.
“¿Qué es eso? ¡Mis poderes están desapareciendo! ¡No es posible!” gritó Lord Terremoto. El amuleto había desaguado toda de la energía oscura de Lord Terremoto, él se cayó de rodillas, y sollozó a los pies de Rosalinda, mendigándole que salvará su vida.
“Fuiste un hombre malvado, Lord Terremoto, y debo matarte donde estés. Sin embargo, ahora que usted ha sido desaguado de su poder, puedo ver que estaba hechizado. Si promete dedicar su vida a lo que es bueno, entonces yo le perdonaré,” dijo Rosalinda.
“¡Sí, sí, lo haré!” lloriqueó Lord Terremoto, él se arrastró lejos en retirada.
Por último, Rosalinda y su amado Roberto se reunieron. Vivieron por el resto de sus días en paz en la Ciudad Celestial. De vez en cuando, Lord Terremoto les hornearía panecillos y cuidaría a sus tres niños. Fueron felices y comieron perdices.

El fin.

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